La Nación
COLUMNISTAS

Atlético Huila Femenino

Muy complacidos con la presentación que de manera formal se hizo esta semana en el Club Los Lagos de Comfamiliar del Atlético Huila Femenino 2017, más si se tiene en cuenta que es producto de la ‘verraquera’ de las mujeres, su determinación y constancia.

Si nos remitimos a la historia del balompié femenino, encontramos que parte de finales del siglo XIX en Europa, que los primeros campeonatos, ya en el siglo XX, se realizaron en Italia y en México. Por los años setenta del siglo pasado se da cuerpo institucional a los torneos de fútbol femenino en Colombia por parte de las directivas oficiales de este deporte.

El papel de la mujer colombiana en este campo ha alcanzado notoriedad en los escenarios internacionales, al tiempo que en Colombia tiene cada día más espacio. Y es que no puede ser de otra manera, el deporte que provoca la atención, afición y fanatismo de millones de personas es precisamente el balompié.

El debut del Atlético Huila Femenino 2017 en la Liga Águila debió cumplirse el día anterior frente al seleccionado Patriotas. De esta forma se da un paso muy valioso en el impulso al deporte y a las deportistas que por este campo van a encontrar un excelente sendero para hacer de él su mejor proyecto de vida.

Programas como estos merecen el reconocimiento de las autoridades, los directivos, el cuerpo técnico y los patrocinadores. Así se construye país y región. Ahora nos corresponde a los huilenses apoyar con todo entusiasmo a nuestras deportistas. Para las veinticuatro integrantes del seleccionado (nacionales, huilenses y extranjeras) va nuestra voz de aliento con los votos porque su participación en el campeonato les permita llegar a los primeros puestos.

Desde luego, el tema es propio para aludir a las graves denuncias que ha hecho la Contraloría General de la República sobre el multimillonario contrato para el supuesto reforzamiento y ampliación de la estructura y graderías del estadio. Si hubo indolencia, indiferencia o irresponsabilidad de las autoridades, que paguen. Si los contratistas y la interventoría fueron las responsables de semejante adefesio, pues, que respondan pecuniaria y penalmente. Basta ya de tanto asalto a las arcas del Estado y malversación de los recursos del erario, mientras millones de conciudadanos claman para que se les dé un tratamiento humano que les permita alcanzar el sustento diario, la vivienda, la salud o la educación.