Contra la elevada criminalidad presentada en el departamento del Huila y su capital Neiva, se requieren maniobras efectivas, pertinentes y decisivas para lograr recuperar la tranquilidad y la seguridad de los huilenses; exigimos acciones enérgicas, y bien dirigidas para que tengan un impacto significativo en el sosiego de la región.
No queremos Militares y Policías con retóricas pacifistas, discursos construidos, palabras adornadas, tratándonos de convencer de que este paraíso terrenal no es tan inseguro o que no tenemos incidencia de grupos terroristas en el territorio. “Obras son amores y no buenas razones”.
Ahora bien, se adelanta un concejo de seguridad con la participación de mandatarios locales, regionales, comandantes de la fuerza pública con el ministro de defensa, pero lo hacen cerrado, obviando los mecanismos de participación ciudadana, en donde muy fácilmente se pueden maquillar estadísticas y convencer al personaje principal (MinDefensa) que nada pasa.
Del mismo modo, hay confusión con el anuncio de la llegada de tropas al Huila, el ministro habla de 170 hombres, el comandante de la Quinta División del Ejército dice que son 700, ¿al fin qué? Que no se note la fractura institucional y la falta de comunicación entre el ministro y sus subalternos.
Pareciera ser que algunos miembros de la fuerza pública con su discurso confundieran Dinamarca con Cundinamarca. Estoy casi seguro de que lo primero que va por delante al salir ellos a la calle son sus robustos esquemas de seguridad.
Definitivamente en río revuelto… ganancia de pescadores, en mi opinión no había ni terminado el concejo de seguridad y los grupos insurgentes le hacían morisquetas al ministro de defensa desde la estación de servicio a la entrada del municipio de Palermo, ya se volvió un problema nada minúsculo ir a comer mojicón con arequipe y sevillana donde Sandra la palermuna.
Esto más que de pie de fuerza, es de método y estrategia, de voluntad política, de repotenciar lo que fue exitoso, de recuperar las capacidades estratégicas de la fuerza pública, de dinamizar la inteligencia, de sacar de los hangares y levantar los helicópteros a vuelo, de fijar objetivos de alto valor estratégico y entregar paquetes de inteligencia a las tropas conjuntas de Fuerzas Especiales que de por sí se catalogan entre una de las mejores del mundo, al ganar en 12 oportunidades las competencias de comandos especiales antiterroristas, por encima de tropas tan poderosas como las de los Estados Unidos, México y Brasil.
Acá lo que corresponde es implantarle dientes o colocarle caja a la piraña, porque por ahora sigue mueca. Como dijo el diputado Rodrigo Lara Sánchez, “Queremos seguridad”. ¡Palabra de espartano!