La Nación
35 años sin Borges 1 20 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

35 años sin Borges

Mario Andrés Huertas Ramos

“Medio siglo con Borges” es el título del último trabajo de Vargas Llosa que he terminado de leer; sin embargo, también son 35 años sin él. Esta columna es una invitación a este curioso y anecdótico libro.

Todo inicia con un poema, inusual en Vargas Llosa, titulado “Borges o la casa de los juguetes” escrito en 2014 y que refleja mucho de lo que hay en esta compilación de artículos, entrevistas, notas y demás.

“Demasiado inteligente para escribir novelas se multiplicó en cuentos insólitos, perfectos, cerebrales y fríos como círculos”

Razón por la cual en 1981 Vargas Llosa le preguntó por aquella frase que decía: “desvarío empobrecedor el de querer escribir novelas, el de querer explayar en quinientas páginas algo que se puede formular en una sola frase”. Y muy a su estilo dijo que era un error inventado por él.

Pero, de inmediato confirmó que había leído muy pocas novelas y, como le había dicho en 1963 en Paris, él creía que el único que género que había cultivado era la poesía.

 “Hizo del tumultuoso español lleno de ruido y furia una lengua concisa, precisa, puritana, lúcida y bien educada”

Creo que este verso refuerza lo anterior, pues, parte de la grandeza del universo borgiano radica en ajustar un centenar de ideas en tan solo un verso a pesar de lo barroco de nuestra lengua.

Pienso que Borges logró expresarse en español de una manera tan inteligente y sofisticada como si lo hiciera en inglés o alemán.

“Documentando infamias ajenas para una revista de señoras, se volvió un clásico (genial e inmortal)”

“Borges entre señoras” no es un aparte de su vida íntima sino de Textos cautivos. Ensayos y reseñas en “El Hogar” (1936-1939) que es una antología que da cuenta de sus autores favoritos como Chesterton o Kipling, de algo de su repertorio como el tiempo y de su estilo cosmopolita. Aquella selección fue escrita durante los años que publicó “Historia universal de la infamia”

“Era un aristócrata algo anarquista y sin dinero, un conservador, un agnóstico obsesionado con la religión, un intelectual erudito, sofista, juguetón”

Aunque consideraba tediosa la política, al igual que el sexo (supongo yo), todo tipo de nacionalismo lo consideraba como un adefesio. Por eso, creía que ser cosmopolita significaba “la generosa ambición de querer ser sensible a todos los países y a todas las épocas.”

Lamentablemente, hubo un malentendido que no se pudo aclarar ya que Mario había comentado la manera tan modesta como vivía Jorge Luis; así lo escribió:

“Los muebles son pocos, están raídos y la humedad ha impreso ojeras oscuras en las paredes. Hay una gotera sobre la mesa del comedor (…)”. Muy seguramente Borges pensó que el lujo le parecía una vulgaridad.

Sin embargo, a manera de conclusión, queda esta valoración de Vargas Llosa: “Borges ha sido lo más importante que le ocurrió a la literatura en lengua española moderna y uno de los artistas contemporáneos más memorables.”