En el barrio Villa Magdalena, en el norte de Neiva, la fundación Pura Vida en compañía del grupo “Vengadores de Almas” realizaron una actividad en la cual el principal objetivo fue enseñar la palabra de Dios a través de historias y cuentos.
Jhoan Sebastián Salazar
La fundación Pura Vida en estos últimos 6 años con el apoyo de los líderes comunales, realiza trabajos con los niños, niñas, y jóvenes del barrio Villa Magdalena, comuna 9 de la ciudad de Neiva. Allí, más específicamente en la escuela de paz Guacacayo, se realizan actividades para el aprovechamiento del tiempo libre, esto a través de diferentes metodologías.
“Este es un proceso que llevamos realizando hace casi 6 años con niños, niñas y jóvenes, con el objetivo del buen aprovechamiento del tiempo libre a través de diferentes formas de expresión, actividades de lectura, música, teatro, dinámicas relacionadas con la danza y la pintura”, señaló Oscar Calderón, uno de los líderes de la fundación Pura Vida.
“El año pasado terminamos un proceso que llamamos Proceda, en el que trabajamos con los niños la educación ambiental. De este trabajo, quedó como resultado un mural fuera del salón comunal de esta región de Neiva”, agregó Calderón.
Sin embargo, para esta oportunidad, la actividad fue totalmente diferente a las acostumbradas.
Para esta ocasión, la fundación Pura Vida trabajó de la mano con un grupo de jóvenes llamado “Vengadores de almas”, quienes trabajan la palabra de Dios no a través de la prédica tradicional, sino a través de historias.
“En articulación con un amigo que se llama William Parra, él nos busca y nos dice que hay un grupo de amigos de él que se llama “Vengadores de almas”, es un grupo de jóvenes bien disciplinado, bien pilo y nos pidió trabajar con los chicos de Villa Magdalena y le hicimos. La verdad fue algo novedoso para los niños y fue de agrado para todos ellos”, dijo Calderón.
En síntesis, el grupo “Vengadores de almas” son jóvenes de diferentes religiones, unos son cristianos, otros son católicos, pero convergen en el mismo proceso y visitan diferentes poblaciones, entre ellas están asentamientos, cárceles, fundaciones, etc. El objetivo principal de ellos es enseñar la palabra de Dios a través de metodologías, como el cuento, historias, con el fin de que las personas puedan tener un poco más de esperanza y una conexión más cercana con Dios.
Trabajo articulado
Con la participación de aproximadamente 60 niños, niñas y jóvenes de Villa Magdalena, el trabajo que realizaron de forma articulada estas dos organizaciones fue enseñar la escritura, pero no como lo hace la iglesia tradicional, sino a través de actividades muy prácticas, en las que también hubo regalos a los pequeños participantes.
“El trabajo que ellos hicieron con los niños fue enseñar lo que dice la escritura, pero no en forma de predica, ni que ellos fuesen pastores y los niños los fieles, nada que ver. Lo que se realizó fueron unas actividades muy prácticas, en la cual los pequeños no se sienten en la tradicional misa o culto, sino que son jóvenes que están enseñando la palabra a través de historias, de cuentos, de una manera muy interactiva”, puntualizó Calderón.
“Por otro lado, aparte de eso, los chicos de este grupo llevaban obsequios para aproximadamente 60 niños, niñas y jóvenes que participaron en la actividad. Fue algo hermoso porque se pudo observar como a través del cuento, de historias, de la lectura o de actividades lúdicas se enseñó algo tan fundamental que es la palabra de Dios”, finalizó.
