Julio Enrique Ortiz Cuenca
Quienes nacimos y crecimos en medio de la guerra, queremos que las nuevas generaciones nazcan y crezcan en la paz.
En el Huila y el país, especialmente donde opera el Ejército de Liberación nacional –ELN- y las disidencias de las FARC, los fantasmas de épocas pasadas sacudieron los temores de la población ante el anuncio de estos grupos insurgentes de sembrar la zozobra con los llamados paros armados que tantas víctimas y destrucción del país causaron en confrontaciones pasadas. Según el ELN era la conmemoración de la muerte del sacerdote guerrillero, sociólogo y profesor universitario Camilo Torres, quien tomo las armas en la angustia de no encontrar salida ni garantías dentro de los canales democráticos para promover los cambios que ha venido reclamando la nación colombiana.
Paro armado que no causo el impacto temido, porque las circunstancias que vive el país son diferentes, porque tenemos la esperanza que los acuerdos de paz se mantengan y sí no se logran implementar en este gobierno cuyo partido el Centro democrático se ha opuesto a su cumplimiento, vendrán otros gobiernos amigos de la paz que continúen avanzado sobre lo construido.
Las grandes movilizaciones y marchas de la sociedad civil reclamando un nuevo modelo en lo económico, ambiental, social y político, es una clara demostración que el país cambio después de los acuerdos de paz, que no quiere la guerra, no cree en la lucha armada y está dispuesta a conquistar la paz por la vía democrática, el dialogo, los acuerdos y la concertación sobre el país que queremos dejarle a nuestros hijos.
Aspiramos que se cumplan los acuerdos de paz, paren los asesinatos de líderes sociales, ambientales y excombatientes reincorporados a la vida civil; y que se llegue a un dialogo y acuerdos con el ELN, con las disidencias de la farc y demás grupos que amenazan la vida y futuro de los colombianos.
La “paz perpetua” imaginada y propuesta por Kant nada que se aproxima a la realidad de la humanidad. Pero vivir en paz ha sido un ideal de los pueblos, así las naciones se armen con el argumento que para conquistar la paz hay que estar preparados para la guerra. El propósito debe ser armar la paz en democracia, con ideales, principios, acuerdos, respeto a la vida y los derechos humanos, desarmando la guerra.
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