La Nación
EDITORIAL

8 meses de pandemia

 

Al llegar hoy el departamento del Huila al octavo mes de la pandemia, no se puede perder de vista que el coronavirus continúa representando una amenaza real.

Lamentablemente, con la prolongación en el tiempo de la enfermedad y la necesaria reapertura de la economía, la ciudadanía cayó en una falsa normalidad y el temor hacia el virus se fue diluyendo.  Pero, hablando a carta blanca, el panorama es profundamente inquietante: la enfermedad ha dejado hasta ahora cerca de 27 mil enfermos y casi 800 fallecidos.

Por donde se le mire, se trata de cifras devastadoras que el Huila jamás había vivido en tan poco tiempo.

Según las autoridades de salud, Neiva y el Huila están atravesando por el pico de la pandemia. Es probable que esta máxima expresión de los contagios se prolongue una o dos semanas más. Sin embargo, todo dependerá del comportamiento ciudadano.

Los huilenses no pueden descuidarse ni las autoridades tampoco.

Las Administraciones Municipales están en la obligación de seguir de cerca la evolución de la enfermedad, monitorear permanentemente la capacidad hospitalaria y verificar si se están haciendo de manera correcta los cercos epidemiológicos. También deben estar dispuestas a tomar las medidas necesarias para evitar las aglomeraciones que se han constituido en ‘caldo de cultivo’ para los contagios.

La pandemia debe continuar indefinidamente en el primer punto de la agenda de los Alcaldes y las autoridades municipales.

La ciudadanía, por su parte, está llamada a no desfallecer en las medidas primarias de protección como el uso permanente y correcto del tapabocas y el lavado frecuente de manos. También debe contribuir a evitar la propagación de la enfermedad aislándose de manera inmediata si presenta algún síntoma relacionado con el virus.

Han sido ocho largos meses, varios de ellos de encierro, que deben servir para enfrentar la vida con responsabilidad.

 

“Las Administraciones Municipales están en la obligación de seguir de cerca la evolución de la enfermedad, monitorear permanentemente la capacidad hospitalaria y verificar si se están haciendo de manera correcta los cercos epidemiológicos”