Francisco José García Lara
Encerrados como estamos en estos angustiosos momentos, tenemos la esperanza de salir y encontrarnos con un mundo mejor, pero no creo que de eso nos den tanto puesto que las cosas no se modifican de manera mágica
Por ejemplo, el gobierno nacional, a pesar de la hora diaria que tiene el presidente en televisión, no va a variar sus actitudes, al contrario, en estos días ha demostrado que no es ningún moderado como quiso mostrarse desde la campaña, de hecho, representa lo más puro de la doctrina radical de su partido, otra cosa es que se haya esforzado por mostrar una imagen bonachona que sabemos por su comportamiento que no es real. Una vez pasada la crisis tendrá que responder por la financiación de su campaña y la mediocridad de su gobierno, entonces veremos si la popularidad de estos días le aguanta.
La fiscalía tendrá un espacio aparte, no solo por la persecución que se está montando a los contradictores del gobierno, sino también porque hará hasta lo imposible por no investigar lo relacionado con la entrada de dineros ilegales a la campaña presidencial.
Tampoco nos imaginemos que los bancos van a volverse menos avaros, ni mucho menos saldrán de la crisis a apoyar emprendimientos o arriesgando para apoyar el crecimiento y el empleo, seguramente estarán muy reconocidos por los favores recibidos del gobierno, por tanto, lo respaldarán incondicionalmente.
A nivel nacional y mundial los dueños de los medios de producción van a seguir siendo los mismos, entre ellos los “commodities” como el petróleo, por tanto sus intereses no van a cambiar, ni nos zafaremos súbitamente de la dependencia de los hidrocarburos.
Estados Unidos y China seguirán en competencia por manejar el mercado mundial de bienes, lo único potencialmente diferente es como lo hagan si hay un cambio de gobierno en el país del norte, pero la guerra fría comercial seguirá y los países como el nuestro se verán afectados.
Probablemente los colombianos seremos más sensibles a temas como el medio ambiente y la solidaridad, pero el desempleo y el aumento de la pobreza nos hará dependientes en mayor grado del apoyo del estado, permitiendo que los menos favorecidos sean vulnerables a la manipulación de los politiqueros.
Qué pena aguarles la fiesta, esto no va a cambiar, seguiremos gobernados por los mismos, que a su vez están apoyados por la minoría que se lucra del resto, y aunque todos sabemos lo que pasa, en cada elección hacemos nuestro mejor esfuerzo para que nos sigan gobernando de la misma manera.
garcia.francisco@javeriana.edu.co