Píter Bonilla Díaz
Empiezo por manifestar mi efusivo saludo a los progenitores con motivo de celebrarse el Día del Padre. Como toda conmemoración de esta naturaleza se volvió comercial, aunque excepcionalmente no será esta vez, ignoro si es hoy, mañana o en ocho días. Que como el de la madre se celebra en todo el mes de mayo, y el del amor y la amistad en septiembre, pues el de nosotros los papás se ha fijado para junio.
De todas maneras, reciban todos, especialmente los que lo han sabido ser como es, mi estrecho virtual abrazo. Y no importa que sea sin regalos, besos y abrazos. Lo que llega al alma es sentir a través de las palabras el aliento humano.
Ahora sí inicio el tema de esta columna:
Comenzó en la isla caribeña, otrora llamada “La Perla de las Antillas” en l959, cuando el “boom” de la revolución del barbudo. Viajaron a abrazarse con Castro por el derrocamiento que le propinara Fidel con sus secuaces al presidente Fulgencio Batista, a quien calificaban de dictador, entre algunos otros, el escritor Gabriel García Márquez, el joven aprendiz de periodismo Enrique Santos Calderón, conocido en la época como “el Guerrillerito del Chicó”. Éste al poco tiempo se llevó a sus hermanos Juan Manuel, al que lo llamaban con el alias de “Santiago” y al menor, redomado marihuanero de nombre Felipe. También fueron los hermanos Daniel y Ernesto Samper Pizano y el escritor Plinio Apuleyo Mendoza. Intelectual que al enterarse del sistema comunista que se empezaba a implantar con toda clase de represiones; fusilamiento a los que condenaban esa política; cierre de medios de comunicación, pérdida de libertades, expropiaciones en la empresa privada, la imposición de un solo partido de bandería, entre tantas barbaridades, desistió de hacer parte de la aventura de traer a Colombia ese siniestro estilo de gobierno.
En esa época se empezó a dar instrucción subversiva a Pedro Antonio Marín, o Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo” a la sazón fundador de las FARC y a Fabio Vásquez Castaño, quien dio inicio al ELN. Desde ese entonces el país conoce perfectamente la manera como Cuba se ha convertido en refugio para el adiestramiento y posterior conformación de guerrilla rural y miliciana. Sin que el régimen del ahora dictadorzuelo se ruborice ante el mundo por albergar a los cabecillas elenos, responsables también de incontables acciones terroristas como el genocidio de los jóvenes cadetes de la General Santander. Ahora preguntan cínicamente por qué la isla nuevamente ha sido declarada como país de gran peligro para la seguridad de la región.
Y encuentran en Venezuela al preciso correligionario para intercambiar petróleo con el envío de gente disfrazada de médicos para organizar las milicias urbanas como ejercito paramilitar. El presidente Hugo Rafael Chávez Frías, copia exactamente el modelo, “¿modelo?” socialista a la centro sur americana, porque en Europa tiene otra connotación, con los resultados catastróficos de conocimiento global, bajo la tiranía del gobierno narcotraficante de Nicolás Maduro Moros y su descabellado jefe del Cartel de los Soles. Que no obstante estar inmensamente ricos con sus cómplices y su círculo familiar, en lugar de proporcionarle a sus compatriotas lo indispensable para la subsistencia, el desarrollo nacional y la prosperidad del pueblo que se halla en la más aberrante ignominia, destina los recursos para comprar toda clase de equipos bélicos. No propiamente para confrontar a los Estados Unidos, sino para apuntar sobre el territorio colombiano. Ejercicio tantas veces anunciado y realizado con el envío de tanques a la frontera con nuestro país.
Causa hilaridad pues, mientras que jamás la “mamertada” ha protestado por el cúmulo de actitudes inamistosas de los regímenes Venecubanos y la criminal permanente arremetida de las bandas en cuestión, con todo el historial cometido contra las fuerzas militares , de policía y la población inerme en todos los campos, es decir, la sociedad toda, para sí levantarse con alevosía ante la llegada de un contingente de tropas estadounidenses con el fin de brindar apoyo a la lucha contra el narcotráfico. Que es precisamente donde se origina la mayor parte de la violencia de los últimos tiempos en Colombia. Por supuesto que la bancada “fariana” en el Congreso, se rasga también las vestiduras al ver que ésta, como otra de sus fuentes económicas, están en inminente peligro de extinción.
Causa también risa la advertencia que sin argumentos de peso aseguran que lo que se busca es una guerra con Venezuela. ¿Por qué no han dicho lo mismo cuando el difunto Chávez y éste inMaduro, nos han amenazado constantemente?
En el debate que le pretendieron adelantar al Gobierno del presidente Duque, representado justamente en el ministro de la Defensa Carlos Holmes Trujillo, magistralmente informó a los colombianos la verdadera intención de la presencia militar gringa aquí, con su reconocida y convincente elocuencia, mientras que las plañideras de siempre, obnubiladas por su torpe, redomada y consciente ceguera, no tienen otro recurso que repetir su manida arenga como loros.
LO ÚLTIMO
Otro escándalo que se le pretende crear al Gobierno, concretamente esta vez a la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, porque hace veinte tantos años un hermano suyo fue condenado por narcotráfico en Estados Unidos, y de acuerdo con la legislación norteamericana se puede negociar con el pago de una fianza, como lo hizo en su momento la señora Ramírez, no obstante haber pagado una pena de cuatro años.
Ahora los “mamertos” le exigen la renuncia como si ello constituyera delito de sangre. Pero paladinamente, cual estilo comunista, jamás han dicho lo mismo ante la cantidad de casos que se han presentado en familias destacadas del país de distintas filiaciones partidistas, con posiciones igualmente de alto rango. Y, desde luego, pasando por encima la principal tragedia nacional desde cuando se integraron los carteles de la droga, que ahora domina la guerrilla de las FARC, no solo con el cultivo de inmensas hectáreas de coca, sino traficándola.
Lo curioso es que tampoco le han pedido cuentas al senador Gustavo Petro por el origen y el uso que le dio a los gruesos fajos de billetes, pillado por una video grabación, y el por qué lo del nombre que tuvo un frente guerrillero fariano del papá de su copartidario, amigo y colega, Iván Cepeda. Eso si no cuenta. Ni siguiera se le aplica otro rasero.