Javier Cabrera
Debemos cambiar, recordar, apreciar y valorar, lo que sentidamente somos, y el significado real de quienes con su existir, aún están con nosotros. Nuestra madre o padre, nuestros hijos o hijas, nuestra pareja, el amor de nuestra vida, la mejor amiga o amigo que desde su comprensión invaden de alegría el espacio en el que nos encontramos. Debemos dejar esa mirada que les reprocha constantemente, esos juicios inquisidores que surgen al creer saber como deben ser las cosas, en lugar de dejar que simplemente sean. Es necesario entender que, desde ese espacio tan recurrente y lleno de soberbia, acostumbramos a marchitar la magia de nuestro entorno.
Nada cuesta, y poco vale, recrearnos con lo bueno que nos entregan, en paquetes imperfectamente empacados, las personas que están a nuestro lado, en lugar de criticarlas constantemente, pretendiendo que ellos deben ser mejores de lo que nosotros no somos.
Pienso que al valorar lo que tenemos, encontramos el verdadero sentido de la vida. Por eso
hoy decidí hacerlo en cada espacio de mi vida, no esperar a que se haga tarde. Decidí disfrutar lo que soy y lo que tengo, llenar mi vacío con las cosas buenas que me dan desde el amor, y que puedo entregar desde el mismo lugar. Hoy pienso que no pasará un día mas de mi vida en el que me quede mirando por la ventana lo que no puedo tener, dejando de disfrutar el ser yo, y de compartir con quienes aún están vivos la magia de la vida desde ese pleno enorme, que somos todos, dejando de deslumbrarme por los destellos de lo falso, presuntuoso y egoísta, de aquello que solo existe en lo material.
¿Y tu cuando lo harás? No esperes a que la muerte llegue para decirte que el tiempo se acabo. Ten presente que un minuto, es el tiempo que, sumado a otro, nos regala la vida para ser felices con quienes tenemos, y eso solo se logra entendiendo que somos un presente en el hoy, y quienes llegan a nuestra vida, también lo son.
Valora y diviértete con la hermosa simpleza de tu existencia, asómbrate con el brillo de lo que encuentras en las cosas que te da cada persona. Si lo haces con sabiduría humilde, te darás cuenta, que habrás encontrado la felicidad en el brillo de los ojos de quien siempre esta a tu lado y que solo pide que lo valores.