Carlos Eduardo Amézquita
Los desaparecidos continúan su marcha tenebrosa. No es nuevo. Desaparecen los humedales, los ríos y quebradas, los bosques y las aves también; Adultos Mayores y Ancianos siguen esfumándose.
Desaparecen como por Arte de Magia. Se juntan las manos enfundadas con guantes blancos, pulcros. Luego, se produce un “chasquido de dedos” y la cosa vuela ¿A dónde van las cosas y las personas?
La Pregunta tampoco es nueva: Rubén Blades la hizo en 1984 a propósito de Gobiernos dictatoriales latinoamericanos: “¿A dónde van los desaparecidos? Busca en el agua y en los matorrales… ¿y por qué es que se desaparecen?” Responde: “Por qué no todos somos iguales ¿Y cuándo vuelve el desaparecido? Cada vez que lo trae el pensamiento. ¿Cómo se le habla al desaparecido? Con la emoción apretando por dentro…”( https://www.letras.com/mana/69706/)
El Arte de Magia es tan antiguo como la misma Humanidad. El primer mago se dice que fue Adán en el Paraíso. Con sus manos hizo que apareciera el primer vestido, un ropaje que desconocía, lo construyó con ramas, flores y frutas, de la nada, para cubrir su cuerpo y el de Eva. Y descubrió que era bueno (dice la Biblia). Luego aprendió a tejer telas de colores y a labrar la tierra, a cultivar, cosechar, inventó la tecnología, su mayor acto de Magia.
Desde entonces, racionalidad y magia, a la par, acompañan “lo humano” (pura creatividad, conocimiento y experiencia, que es lo mismo que decir: “He ahí un Anciano!”).
Y bien: Siendo tan antigua la especie de los ancianos ¿por qué ahora son considerados “seres sospechosos que deben ser protegidos y/o aniquilados?” Esta es la Pregunta Central que proponen los medios y las autoridades que investigan. Vaya usted a saber.