Jorge Andrés Géchem
Mientras la semana pasada celebrábamos la aprobación de la prisión perpetua revisable, esta semana apareció la noticia aberrante de la violación a una niña de tan solo 13 añitos por parte de integrantes del ejército nacional. Cuánto duele una noticia como ésta, que nos debe además llevar a reflexionar en el tipo de sociedad que somos.
El hecho ocurrió el 22 de junio en el corregimiento de Santa Cecilia, municipio de Pueblo Rico, Risaralda, donde un grupo de soldados pertenecientes al Batallón San Mateo, abusaron sexualmente de una niña perteneciente al resguardo indígena Embera Chamí. Hechos que fueron aceptados por los soldados, quienes además han sido apartados como se debía de su función. Por supuesto, que ante esta noticia que genera un profundo dolor e indignación, esperamos una pena contundente y ejemplarizante, la máxima posible.
Una pena ejemplarizante no solo debe implicar la condena sino también la reflexión al interior de una institución, querida por los colombianos, para entender las razones de dicha actuación y tomar las medidas necesarias para evitar que actos atroces como estos se repita nuevamente en el futuro. Ahora, no podemos confundir las cosas, ni es el momento de la politiquería, este hecho reprochable, que no fue un falso positivo como alguna senadora quiso malintencionadamente dejar ver, también es aislado en cuanto a una institución integrada por miles de colombianos que día y noche arriesgan su vida para proteger la soberanía nacional y la vida de todos los colombianos.
Gracias a la valentía y Fe en la causa del Ejército Nacional hoy tenemos nuestra democracia y se logró la firma del Acuerdo de Paz. Se deben tomar todos los correctivos, pero no es el momento para que por unos pocos se maltrate a toda una institución integrada por tantos hombres y mujeres que no tuvieron nada que ver en el hecho y que por tanto tiempo y vocación le han servido a la patria. Eso sí, defender la integridad del territorio como es la finalidad del Ejército, debe quedar claro, es también defender la integridad de los ciudadanos, sobretodo de nuestros niños y niñas que son lo más sagrado.
Algunos dicen que es el momento para estrenar la prisión perpetua revisable, ojalá se pudiera, pero lo que se aprobó recientemente fué la modificación del Artículo 34 de la Constitución Política, aún falta la reglamentación de esta figura que pretende defender a nuestros niños como Nación.
Finalmente, al analizar la sucedido, se pregunta uno: ¿Cómo es posible que se abuse de una persona, que se atrevan con una niñita de tan solo 13 años? ¿Qué nos pasa como sociedad y como seres humanos? Esto demuestra que estamos enfermos, que claramente hay cosas que no están bien y que deben cambiar. Todos soñamos con un mejor país, pero no miramos que eso depende de nuestros propios actos y a diario. Por eso resalto el enfoque social en el Huila desde una visión del Gobernador de pensar en el “ser”, en formar mejores seres humanos. Este enfoque que el Huila ha definido, es lo que permitirá realmente transformar nuestra sociedad y así avanzar sólidamente como departamento y País.