La Nación
Un pacto por la cultura 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Un pacto por la cultura

Luis Fernando Pacheco G.

Es otro tema común de estos días insistir en los sectores que tendrán retos importantes frente a la dichosa “vuelta a la normalidad”: la educación (básica, media y superior), la economía, las entidades de salud, el deporte, entre tantos otros. Sin embargo, una voz se ha levantado con fuerza y es la del sector cultural y es necesario recalcar que este sector ya venía herido antes de empezar la pandemia.

El teatro, las escuelas de formación artística, los gestores culturales, las bibliotecas, los museos, no solo deben ser vistos desde la necesidad económica y evidentemente de crecimiento profesional de quienes a ello dedican su vida, sino como un aspecto de especial importancia para la recuperación moral de la sociedad en los tiempos que se vienen.

Una de las grandes críticas al proceso de globalización de las últimas décadas es una “homologación mundial” en detrimento de cada una de las expresiones de las culturas propias de cada pueblo o de cada región. Y en una nueva paradoja, mientras los Estados –cuando menos discursivamente- protegían la Cultura, creaban ministerios o direcciones para este tema, adelantaban normas de patrimonio cultural, apoyaban museos, en realidad, el sector empezaba a vivir una espiral en descenso que probablemente el COV-19 ahondará

Desde los noventas el cierre de teatros (públicos y privados), así como la lucha por las fiestas locales y los diferentes museos a lo largo del país (algunos en estados verdaderamente deplorables) se han incrementado progresivamente. Ahora que la pandemia y la crisis económica posterior son inminentes el peor error sería relegar la cultura a un lugar tardío de recuperación.

En la fase que vive nuestro país, a casi cuatro años de la firma del histórico Acuerdo del Teatro Colón, con la necesidad de reconciliar un proyecto de memoria colectivo que se ha venido tergiversando en los últimos años y en medio de una de las crisis sanitarias y económicas más delicadas del siglo, salvar la cultura no es un acto de caridad o solidaridad con los artistas (como a veces suele comunicarse el mensaje), es en realidad una apuesta por la salud del alma como sociedad.

De la misma manera que múltiples movimientos pedían hace semanas la apertura de templos con los debidos protocolos (algo en lo que coincido en la medida en que la espiritualidad es parte de la identidad humana) urge un pacto entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil por salvar la cultura. Es nuestra sociedad la que lo necesita.

 @luisferpacheco