La Nación
Allius 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Allius

 

Mario Andrés Huertas Ramos

Allius estudiaba en el histórico Claustro (presidido por su abuelo Lorenzo María entre 1842 y 1846) cuando conformaban “la galaxia rosarista”: Antonio Rocha, los Zuleta Ángel, Darío Echandía, entre otros nombres que figurarían posteriormente en la alta dirigencia nacional y, obviamente, en su gabinete ministerial.

Regentaba dicha institución republicana, que no le otorgaría el título de bachiller por razones metafísicas que no vienen al caso, Monseñor Rafael María Carrasquilla quién hizo de la educación su baluarte político por excelencia.

Entre tanto, la república conservadora se agrietaba y el país liberal se aglutinaba en torno a la figura señera del general Benjamín Herrera para enfrentar al también general Pedro Nel Ospina en los comicios presidenciales de 1922. En su “Memorias” está narrada magistralmente la manera en que Allius conoció al derrotado candidato.

Siempre bombardeado y fascinado por temas literarios y políticos encontró en la figura de Jorge Zalamea Borda una puerta de entrada a un mundo literario en el que Allius transitaría con estilo propio y  huella indeleble.

Ese mundo en el que ya descollaban figuras como las de León de Greiff, Ricardo Rendón, Luis Tejada, Luis Vidales era el “universo” bogotano cuya gramática del poder discurría por diferentes cafés de la Calle Real (Windsor, La Paz y Riviere). En medio de tertulias, nuevas tendencias literarias y la política nacional aparecen Los Nuevos, que a la vanguardia de muchas cosas, iban publicando su decálogo en la revista llamada Universidad.

Así, el primer artículo del joven e improvisado escritor apareció en el diario bipartidista La República, de propiedad de Alfonso Villegas, en el que homenajeando a Hippolyte Taine el columnista daba pruebas del talento innato que habría de perfeccionar con los años y poner al servicio de la República.

Compartiendo allí mismo tribuna con Germán Arciniegas cuyo territorio había llamado Angulario, se dio a la tarea de buscar un seudónimo, como los grandes españoles de su época: Azorín (José Martínez Ruíz) y Xenius (Eugenio d´Ors). Diría años más tarde: “por eso, después de largas investigaciones escogí Allius, así con doble ll, que tenía el encargo de sustituir mi nombre para siempre”.

Dos veces presidente de la república -por gracia de Laureano Gómez-, bogotano, primer Secretario General de la OEA, murió hace treinta años y nació el 03 de julio de 1906. Con todo esto, se puede decir que Alberto Lleras Camargo fue una de las mejores expresiones políticas de la literatura y, a su vez, otra de las mejores expresiones literarias de la política.