Sergio Felipe Salamanca Borrero
La semana pasada, en el marco de la celebración de los 150 años de la fundación de la facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, fue lanzado un proyecto, que en mi concepto, cuenta con el enfoque y los elementos necesarios para emprender el proceso de reforma más ambicioso e importante que nuestro ordenamiento jurídico haya tenido en dos siglos, el proyecto de reforma y actualización del Código Civil colombiano.
A pesar de que pueda parecer algo novedoso, lo cierto es que la intención y los esfuerzos por reformar el Código datan de varias décadas atrás, como es el caso del proyecto que fue elaborado por el maestro Arturo Valencia Zea en el año 1982, el cual fue tomado como principal insumo para el proyecto de reforma que acaba de ser lanzado y que cuenta dentro su equipo directivo con juristas de la talla de José Alejandro Bonivento y Pedro Lafont Pianetta, entre otros. Ahora bien, habiendo hecho referencia a los antecedentes de este proyecto, es posible que se esté preguntando por qué esto resulta tan relevante o trascendental, no solo para el ordenamiento jurídico, sino también para nuestro avance como sociedad.
Tal como lo mencionó el maestro Bonivento durante la conferencia de lanzamiento, un Código Civil es nada mas y nada menos que “el código de la vida y el código de la muerte”, pues es un Código llamado a regular aspectos que van desde el nacimiento mismo de las personas, pasando por todas las interacciones que estas tendrán durante su vida con otras y con bienes, concluyendo con las consecuencias propias de la muerte. Como se puede apreciar, este Código abarca un amplio espectro de situaciones que no sólo nos definen como individuos, sino como sociedad, haciendo que el proceso de participación en el proyecto, por medio de comentarios o aportes al articulado del mismo, tenga una importancia incalculable.
Para dar un ejemplo concreto, en materia de matrimonio, el actual Código permito que desde los 14 años uno pueda casarse, lo que visto en conjunto con la finalidad de procreación que el Código le asigna al matrimonio, lleva a que exista desarticulación en materia de protección a nuestros menores al interior del ordenamiento. Frente a esto, el proyecto de reforma propone subir la edad a 16, sin embargo, preparo una participación con el fin de sustentar que el matrimonio sólo sea permitido entre mayores de edad.