Francisco José García Lara
La semana pasada la polémica corrió por cuenta del alcalde de Medellín, quien solicitó a varios países apoyo con profesionales de la salud que le permitan enfrentar el pico de la pandemia.
Mientras en dicha ciudad y en el departamento de Antioquia los números de la pandemia mostraban un significativo incremento de casos, lo cual debería obligatoriamente concentrar la atención y todos los esfuerzos para contrarrestar dicho aumento, la decisión fue enfrascarnos en una discusión fútil sobre la solicitud de traer médicos cubanos, las hechas a otros países poco o nada importaron.
Hubo sendas manifestaciones de indignación de miembros del partido de gobierno, las cuales nunca tuvieron ningún sustento técnico, únicamente fueron el obvio sesgo ideológico que hace años los domina, muy útil para seguir fomentando la división y meter miedo sobre un supuesto apoyo de los profesionales cubanos para imponer el comunismo en Colombia.
También vimos a varias asociaciones del gremio médico rasgándose las vestiduras por lo que consideraron una falta de respeto a sus miembros, la cual fue seguida de otras manifestaciones individuales, mostrándonos el apasionamiento propio de quienes no tienen razones de fondo para oponerse pero quieren llamar la atención.
Reiteradamente nos esforzamos en demostrar que la patria boba de hace dos siglos sigue vigente, vivimos tan empeñados en mirar lo que nos separa que hemos olvidado por completo lo que nos une, cayendo por enésima vez en la politiquería barata que permite desviar la atención de los hechos verdaderamente graves, como el incremento de casos y muertes por Covid 19 en el país, para dedicarnos a discusiones banales sobre hechos que posiblemente nunca ocurran.
Nos deben estar viendo aterrados en la comunidad internacional pues no aprendemos, nos embarcamos en un proceso de paz pero permanentemente seguimos encarnizados en generar algún conflicto, por supuesto inútil, en lugar de dedicarnos a resolver los verdaderos problemas que nos agobian.
Deberíamos hacer un alto en el camino y preguntarnos. ¿para qué sirven este tipo de discusiones?, no es necesario ser un genio para entender que son completamente inocuas. Entonces, entendamos que no podemos seguir siendo idiotas útiles de quienes nos gobiernan, que ante la incapacidad de mostrar resultados, prefieren construir escándalos baladíes para embolatar la atención.
Al margen: en la página web: www.neuroeconomix.com, se encuentra un nuevo blog del autor de esta columna. Esta vez el tema es la salud mental que tiene las normas, y eventualmente el dinero, pero seguimos con graves falencias para atender a quienes requieren este tipo de atenciones. Los invito a leerlo y dejar sus comentarios.
garcia.francisco@javeriana.edu.co