La Nación
Las Batallas de Boyacá 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Las Batallas de Boyacá

 Mario Andrés Huertas Ramos

 

En el arte de la guerra, táctica y estrategia se entrelazan en función del objetivo político que toda guerra supone. Es decir, la guerra nunca ha sido un tema estrictamente militar y sus motivos, auténticamente expresión de lo político, siempre van mucho más allá del teatro de operaciones.

En elocuente discurso, ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819, El Libertador delineó la idea de Estado que tenía para que se adoptara en una constitución.

Decidido entonces a crear la República de Colombia, el 27 de mayo de 1819, inicia la campaña militar que lo llevaría, junto con el ejército patriota, a cruzar épicamente Los Andes para caer, desde el Páramo de Pisba, sobre Boyacá donde a partir de una serie de maniobras militares -en Gámeza, Tópaga, Corrales, Tasco y Sogamoso- lo llevaría inevitablemente a enfrentar a Barreiro, el 25 de julio, en la batalla del Pantano de Vargas.

Allí, la ventaja de las tropas realistas los hacían pensar que ni Dios les quitaría la victoria, pero el caos producido por las maniobras del coronel Juan José Rondón, alentado por Bolívar, definitivamente salvarían la patria.

Acantonados los patriotas en Tunja y los realistas en Paipa, prestos a marchar a Bogotá en retirada,  El  Libertador decide salirle al paso a estos, el 7 de agosto, a la altura del río Teatinos para evitar dicha retirada donde, producto del combate, caería como prisionero de guerra el mismísimo Barreiro a manos del joven soldado Pedro Pascasio Martínez.

La noticia llegó de inmediato a Santafé, y tanto el Virrey Sámano como todos los realistas de inmediato abandonaron la ciudad, que días después recibiría al Libertador notificándolos de que la verdadera independencia se decidiría en Venezuela contra las tropas de Morillo.

Ya en Angostura, el 17 de diciembre, sancionaría la Ley Fundamental que sería la unión formal entre Venezuela y la Nueva Granada bajo el rótulo de la República de Colombia.

A los pocos días, estalla la Revuelta del Riego en España y la opción de una gran expedición de la Santa Alianza contra América sería reemplazada por un armisticio a los rebeldes americanos a cambio de aceptar la Constitución de Cádiz.

De tal suerte, Bolívar recibe de Morillo la propuesta de armisticio y, entendiendo que la buena estrella estaba de su lado, decide apelar nuevamente a las tácticas militares con el fin de obtener ventajas estratégicas en la celebración de los tratados de armisticio y regularización de la guerra cuya negociación fueron la máxima expresión del arte de la diplomacia.

Acuerdos conocidos como los de Trujillo que son, para la historia jurídica, el primer referente de derecho internacional humanitario y, para la historia política,  el reconocimiento implícito de España a la nueva república.  Todo lo anterior, gracias a las Batallas de Boyacá.