La Nación
Aprender a vivir con el covid-19 1 29 marzo, 2024
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Aprender a vivir con el covid-19

La doctora Maritza Rocío López manifiesta cuáles son las medidas que debe adoptar el ser humano para aprender a convivir con el coronavirus, una enfermedad que debemos combatir desde el autocuidado mientras aparece la vacuna.

 

Aprender a vivir con el covid-19 7 29 marzo, 2024
Maritza Rocío Lopez

 Maritza Rocío López Vargas

Psicóloga. Especialista Psicología de la Salud

Ante la baja percepción de riesgo que ha llevado a algunas personas a asumir conductas riesgosas como el no uso de tapabocas y el acatamiento juicioso del distanciamiento social, acelerando con ello la expansión del coronavirus; es preciso comprender que aún queda camino por recorrer y que en tanto no se tenga acceso a la vacuna, es necesario aprender a vivir con este virus  así como lo hicimos con virus potencialmente mortales y para los que hasta hoy no hay vacunas, como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) causante del sida, el SARS-CoV (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), el H7N9 (virus de la gripe aviar), el Virus del Ébola, el Virus de Nipah, el MERS-CoV (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) y Fiebre hemorrágica de Marburgo similar al virus del Ébola.

En tal sentido, es bueno reconocernos como personas vulnerables, que sólo podremos avanzar cuando actuemos en comunidad, en equipo, con responsabilidad y consciencia, para que de una manera más asertiva, eficaz e inteligente se luche exitosamente contra un enemigo común.  Acatar las medidas de profilaxis necesarias para evitar la mayor propagación del virus como lavarse las manos con frecuencia, usar jabón o un desinfectante para manos a base de alcohol, mantener una distancia de seguridad con personas que tosan o estornuden, no tocarse los ojos, la nariz ni la boca, toser o estornudad cubriéndose el rostro con el codo y no con la mano, quedarse en casa, salir estrictamente lo necesario y por supuesto ante síntomas como fiebre, tos o dificultad para respirar, consultar en las líneas telefónicas establecidas para tal fin.

De igual manera asumir actitudes proactivas como motor de cambio, que permitan afrontar la situación a corto y largo plazo.  Superar los prejuicios en torno a la enfermedad, tener una actitud menos defensiva o de rechazo hacia los profesionales de la salud, las autoridades, extranjeros o ciudadanos chinos, por ser el país donde se originó la pandemia. Evitar la divulgación de contenidos alarmistas que tan solo buscan generar mayor incertidumbre, miedo, desesperanza y pesimismo.  Aprender más acerca del comportamiento del virus, sobrellevar el estrés asociado a la situación y consultar de manera oportuna a profesionales de la salud mental, si se percibe la situación como inmanejable o fuera de control. Procurar espacios de reflexión y concientización sobre comportamientos no deseados individuales, familiares y colectivos. Actuar en congruencia con las necesidades y prioridades de salud, mantener una relación lógica y coherente entre lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. Desarrollar habilidades que permitan modificar situaciones que impacten negativamente en el bienestar emocional y salud mental de las personas con las que se convive. Identificar las actividades o prácticas individuales o colectivas que representan un mayor riesgo para el contagio o propagación del virus.  Evitar el consumo de alcohol o drogas por cuanto éstas no protegen del virus, por el contrario, su consumo frecuente representa un riesgo para la salud. Aprender las lecciones que la pandemia está dejando en la humanidad, prepararnos y capacitarnos para prevenir a futuro que otra pandemia, se convierta en una catástrofe.

La situación actual requiere sin más demora, asumir algunas reglas básicas de conducta y convivencia humana para poder controlar la transmisión del virus, no colapsar los sistemas de salud pública ya frágil de por sí, seguir incrementando los decesos, colapsar la economía, evitar quedarse sin empleo y lograr un equilibrio donde se salve la mayor cantidad de vidas humanas. Por favor, requerimos aprender a vivir con una situación de larga duración a la que nos ha enfrentado el covid-19.  Ya no más jóvenes, hombres, mujeres, blancos, negros, homosexuales, heterosexuales, ricos, pobres, hipertensos, diabéticos, con falla renal, ni adultos mayores, que tengan que esperar en la soledad de una tumba, que un ser querido les ponga una flor, o lloren ante la pérdida irreparable de sus vidas.