La Nación
Anticapacitismo 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Anticapacitismo

Andrea del Pilar Bautista Perdomo

Es necesario cuestionar los espacios capacitistas con los que contamos actualmente. Con capacitistas me refiero a un modelo de corporalidad establecida, donde se excluyen y apartan cuerpos diversos. Por ejemplo, cuando no contamos con ascensores, ramplas, suelos lisos, etc., que permiten la movilidad a personas en sillas de ruedas y muchas otras situaciones que limitan el pleno desarrollo de las personas. Problematizar nuestros espacios y nuestros comportamientos en la necesidad de transformarlos es indispensable.

La normatividad colombiana estableció la Ley Estatutaria 1618 de 2013, donde se busca eliminar toda discriminación por razón de discapacidad, y se hace frente a la atención, protección e inclusión social. Pero, aunque ciertas banderas se hayan consolidado a nivel jurídico, no se han eliminado las brechas capacitistas. Hoy por hoy tengo que vivir en carne propia esta situación, pues en mi hogar se encuentra una persona pluricorporal, mal llamada ‘discapacitada’, donde progresivamente su cotidianidad ha sido adaptada, pero no de manera estructural.

En este artículo quiero dejar plasmado mi molestia y mi llamado de atención para que desde todos los estamentos del orden público y privado sean consecuentes con la norma y la ley que bien está sustentada, pero que algunos la adoptan a su amaño y conveniencia. Por estos días he presenciado situaciones de trato inhumano, descortés, de intolerancia y peor aún quienes cometen el atropello se sienten no eludidos. Invito también a que las personas se concienticen y empiecen a entender lo que significa abandonar el modelo de capacidades impuesta, que podemos alimentar bajo una mala mirada, un mal trato o peor aún, que ignoremos de manera odiosa a estas personas que requieren mucha más atención y prelación que cualquier otra.

Hay acciones tan sencillas y elementales como darle un buen trato, respetarlos, ayudarlos cuando lo requieran, pues aún no contamos con las condiciones para que vivan libremente. Recordemos que en todos los escenarios debemos tener una inclusión permanente, lo cual significa que ellos también son parte activa de una sociedad, que en la mayoría de los casos suelen desarrollar habilidades en otros aspectos que permiten maximizar sus potencialidades. Nadie está exento de vivir una situación de estas y que para ninguno sería fácil asimilar.

Hay que brindarles garantías laborales, acceso a la educación, al transporte público, en todos lados y escenarios, construyendo una sociedad que supere el capacitismo para ser verdaderamente intercorporal, diversa e incluyente. No fomentemos barreras sociales.