La Nación
Nicolás en el parque Bosque 1 18 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Nicolás en el parque Bosque

Albeiro Castro Yépez

 

 

En los albores de la década de los 90 de la anterior centuria se hablaba en el Hobo de la construcción de un parque bosque como una frondosa antesala para acceder al embalse de Betania, se pretendía entonces crear un relicto verde con especies nativas de dosel alto para generar espacios confortables para el visitante, pero también que, sirviera de protector de los acuíferos, y de manera complementaria mitigará los efectos de la evaporación del agua embalsada. En esa época ya se pensaba en la creación de generosos espacios para la práctica de senderismo de interpretación biótica, senderos para caminantes, bicituristas, así como, para la participación en organizadas cabalgatas, y desde luego, la observación de aves, que, si bien era un tema incipiente, emocionaba contemplar la presencia de aguiluchos, martin pescador, garzas blancas y morenas como las que inspiraron al Maestro Jorge Villamil Cordovez.

En las extenuantes caminatas por el borde del embalse contamos con la compañía de Don Nicolás un baquiano de la zona, que, además de guiarnos por los caminos y vericuetos nos contaba historias lugareñas, entre ellas, llegando a la desembocadura de la quebrada Las Vueltas la forma de pescar con chuzo o con piedras, una tradición que dio origen al remoquete de “mata jachos”, un pescado de talla pequeña que generalmente se consumía  frito acompañado de yuca cocinada y patacones aderezados con el delicioso hogo criollo subido de pique. Continuando por el camino al sur avanzando hasta el sitio conocido como Puerto Seco, jornadas que permitían contemplar las haciendas ganaderas y escuchar anécdotas de las pernoctaciones del libertador Simón Bolívar, por supuesto que, también se topaba con bosques impenetrables, sitios donde era necesario acudir a la canoa.  Nicolás traía a la memoria que hasta este lugar subían los pescadores para iniciar su jornada, siendo las noches de plenilunio las más productivas, actividad que terminaba en Momico.

Para la época se consideraba como premio llegar al parque del Hobo a comer la famosa carne nitrada, un proceso un tanto complejo por la narración del baquiano, decía que, se tomaba una pieza de muchacho y luego de limpiarla de las grasas perimetrales se procedía a pincharla con la salmuera nitrada, una vez concluido este paso se dejaba reposar como mínimo cuatro horas en la misma salmuera, para la cocción se llevaba al horno de leña, por supuesto el sabor resulta exquisito y de suave textura, los acompañamientos se dejaban a placer del comensal, pero los más comunes eran la yuca cocinada, papa salada y arepas, el ají criollo siempre hacia presencia, llama la atención, que, algunos comensales añadían a la porción cárnica un generoso trozo de longaniza, las bebidas estaban dispuestas, avena, cebada y la infaltable surumba helada con abundante zumo de limón.