La Nación
Entre el papel y la data 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Entre el papel y la data

 

Antonio Roveda H.
Rector de la FET

 

No cabe la menor duda que la nueva edición impresa del periódico La Nación generó, no solo gran impacto en el departamento sino, fundamentalmente, mucha alegría, especialmente en aquellos lectores que, durante más de 26 años, han estado acostumbrados diariamente a saborear las noticas desde la pulpa de sus dedos, con leves manchas de tinta aún fresca, hasta el final de las páginas.

El “ritornare” de La Nación produce, igualmente, un interesante dilema financiero, periodístico, editorial y de consumo. Y dijo dilema, porque todos saben bien que tenemos maravillosos lectores que aún prefieren el contacto físico con el medio, y su relación con el papel es casi mística, pasa por el olor y por el tacto. Mientras que otros lectores, igualmente prestigiosos, se inclinan aún más por la edición digital de la publicación, en donde se sienten más cómodos leyendo los textos desde su computador, celular o en cualquier otra plataforma digital. Es decir, algunos están en la “galaxia de Gutenberg” mientras que otros se encuentran el “cosmos de internet.

Sin embargo, el mundo ya no se divide en unos y en otros.  Las opciones no son mutuamente excluyentes. También existimos lectores que disfrutamos por igual, tanto las ediciones impresas como las digitales. Somos lectores “multiplataformas”, que reconocemos y gozamos igualmente la ya larga historia de narrar el mundo desde el papel, así como los valiosos y versátiles avances de los formatos digitales.

Lo que sí es totalmente cierto, es que cualquiera de las plataformas que se decida, la “información” es y ha sido un bien fundamental e imprescindible para pensar, actuar, decidir y gobernar. No importa el formato de lectura que usemos, la “data” tiene un valor esencial por encima del medio mismo y, por su puesto, entre más inmediata y variada sea ésta, pues mucho mejor.

La actual situación de “lectores versátiles” invita entonces a que los medios también deban diversificar sus lenguajes, estilos, formatos y textos. Los “consumidores” ya nos son exactamente los mismos de antaño; y por ello, el periodismo de hoy también tiene que asumir el gran debate de cómo innovar en nuevos lenguajes, formatos, tiempos y contenidos. Estamos frente a variados  entornos en la producción digital, en donde la “palabra” impresa se presenta bajo múltiples dimensiones de forma, fondo, sonido, ritmo y significación, y, además, en constante combinación con otros signos y bajo otras plataformas tecnológicas más móviles, interactivas y fluidas. El periodismo de hoy tiene un reto insoslayable: y se llama cambio e innovación.