Sergio Felipe Salamanca Borrero
Hace pocos días fue radicado el proyecto de Acta Legislativo No. 24 de 2020, “por el cual se deroga la Jurisdicción Especial para la Paz y se dictan otras disposiciones”. Lo que me resulta llamativo del proyecto presentado es la pobre o nula argumentación jurídica que fue consignada en la exposición de motivos, o dicho en otras palabras, ¿cree usted que menos de diez párrafos son suficientes para sustentar la viabilidad y la necesidad de borrar de un plumazo a la JEP de la Constitución?
Aclaro que, alejado de cualquier apología a la subversión, militancia o adoctrinamiento guerrillero, lo que realmente pretendo con esta columna, es invitar a reflexionar sobre lo que significa para el país, apoyar en este momento, los diferentes mecanismos de justicia transicional que integran al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, dentro de los cuales se encuentran: I. La Jurisdicción Especial para la Paz; II. La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición; y III. La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el Contexto y en Razón del Conflicto Armado.
Dando alcance a lo expuesto hasta este punto, estimo que no pueden perderse de vista los siguientes aspectos: I. El conflicto colombiano es uno de los más longevos y sanguinarios del mundo, lo cual no sólo ha traído décadas de muerte y sufrimiento al país, sino también, el aprovechamiento y apropiación de esto, por parte de diferentes discursos políticos; II. El Uribismo lideró uno de los mayores antecedentes de justicia transicional en el país, conocido como “Justicia y Paz”, el cual ofreció las bases necesarias para la desmovilización de más de 30.000 paramilitares; y III. Como lo muestra la experiencia y la historia misma, es mucho más fructífero un proceso de justicia transicional que las políticas de sangre y plomo para que un país pueda vivir una verdadera transición hacia la paz. Una paz que permita reconciliarnos como país y que permita cerrar el capítulo del conflicto armado de una vez por todas.