La Nación
Nuestra plutocracia pre-moderna 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Nuestra plutocracia pre-moderna

 

Comentario de Elías

Jorge Guebely

 

Excelente libro de Chrystia Freeland, la periodista canadiense: “Los plutócratas: el ascenso de los nuevos súper ricos y caída de todos los demás”. Devela la consolidación de una nueva plutocracia mundial. Jóvenes súper-ricos -ganan enormes fortunas anualmente- surgidos bajo el amparo de la globalización y el desarrollo de la tercera y cuarta revolución industrial. Neo-plutócratas o plutócratas posmodernos. Promueven gobiernos conservadores para fomentar sus ingresos. Como antes, “El dinero es el que habla… el que reina, y los reyes, lo mismo que los jefes socialistas, deben acatar sus decretos”, según Bernard Shaw

Nueva plutocracia que reemplaza la vieja de reyes y príncipes, de antiguos industriales y poderosos inversores. Plutócratas más poderosos que los viejos poderosos. Lo mismo en Estados Unidos que en China donde los miembros más ricos del Partido Comunista arrasan con la mayor riqueza del país.

Elites entre las elites. Forman el 0.01% de la elite norteamericana que es el 1% de la población total. Banda que arrasa al resto. Orquesta desbarajustes mundiales: guerras, pobreza material y humana… Sin dios porque el dinero es su dios. Sin patria porque la utilidad es su patria. Su voracidad ahonda la brecha entre pobres y súper-ricos, empobrece la educación pública y la cohesión social. Corrompe y desacredita la democracia para institucionalizar su plutocracia gubernamental.

Muy distinta a nuestra plutocracia. Aún no desarrollamos la segunda revolución industrial, ni la tercera a pesar de encender computadores, mucho menos la cuarta. Aún sufrimos nuestra plutocracia pre-moderna

constituida por latifundistas avaros, empresarios neo-colonizados, banqueros tercermundistas, narcotraficantes criollos y corruptos clanes. Plutocracia pre-moderna tan insensible como la otra. Origen de la pobreza, la desigualdad, la exclusión, el autoritarismo, la ignorancia popular y el subdesarrollo material y humano de Colombia. Dramas previsibles en una retardada plutocracia que financia gobiernos de ricos para los súper-ricos nacionales y de mendrugos para los demás.

Plutocracia pre-moderna que invita a ondear nacionalmente la bandera de la auténtica Democracia, otro modelo de Estado con sensibilidad ciudadana y compasión humana. Una Democracia con todos sus parámetros filosóficos y políticos que remueva mental y socialmente nuestra cultura anquilosada y paquidérmica, que reconozca derechos materiales y espirituales a cada individuo, sin importar las diferencias personales, como lo pensaba Einstein.

Mejor aún, como lo poetizó Whitman, el poeta norteamericano de la democracia: “Este es el alimento equitativamente distribuido / esta es la carne para el apetito natural. / Que se sienten todos. / La mesa está puesta para el hombre, sin distinción. / No habrá ni diferencias ni privilegios para nadie”.

jguebelyo@gmail.com