La Nación
EDITORIAL

El paso de Iota

 

Nada más dolorosas e impactantes las imágenes que se han conocido sobre la devastación que sufrió la isla de Providencia por cuenta del poderoso paso del huracán Iota.

Estamos hablando de que una pequeña isla, de no más de cinco mil habitantes, quedó literalmente en ruinas. Sus pobladores tuvieron que soportar durante casi dos días fuertes vientos, lluvias y condiciones atmosféricas extremas. El saldo no podía ser más catastrófico: el 98% de la infraestructura de la isla sufrió graves afectaciones. El hospital, por ejemplo, quedó totalmente destruido.

El propio presidente de la República, Iván Duque, quien desde el primer momento de la emergencia se trasladó al Caribe colombiano, corroboró en la tarde del martes pasado los efectos devastadores de Iota. Y anunció un plan de reconstrucción para ejecutarse en 100 días. “Tenemos que poner en marcha un plan de reconstrucción, que podamos hacer la mayor transformación en un periodo de 100 días o menos. Ese es un reto muy grande”, han sido las palabras del mandatario de los colombianos.

Obviamente, es un reto enorme y la reconstrucción de Providencia debe constituirse en una prioridad para el Gobierno Nacional, como también la atención a las zonas afectadas por el invierno de los últimos días.

Todos los colombianos han sido testigos de las graves inundaciones en regiones como el Chocó. El Gobierno debe estar presente y atender con diligencia las afectaciones.

Sin embargo, vale la pena la siguiente reflexión: más allá de las diferencias políticas o ideológicas, esta clase de tragedias debe unirnos como país. Los colombianos se han caracterizado por la solidaridad, un valor que hace grande a los hombres en los momentos difíciles.

Este es el momento de expresar nuestra solidaridad con quienes lo han perdido todo por culpa de la arremetida del invierno.

 

“Todos los colombianos han sido testigos de las graves inundaciones en regiones como el Chocó. El Gobierno debe estar presente y atender con diligencia las afectaciones”