La Nación
"Es mejor tener un niño empuñando un lapicero, que un arma” 1 25 abril, 2024
HUILA

“Es mejor tener un niño empuñando un lapicero, que un arma”

La profesora Martha Acosta ahora es coordinadora de la misma institución educativa rural de Algeciras en la que estudió parte de su básica secundaria. Hija de campesinos y también campesina, la docente guerrea diariamente para apartar a los niños y niñas de la guerra.

 

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El 23 de diciembre de 1968 nacía en una vivienda rural de Algeciras, Martha Cecilia Acosta Culma, con asistencia de una tradicional partera, como única ayuda para su madre dada la época y ubicación. La ahora Coordinadora, vive en la misma finca en la vereda San José, en el oriente del Huila. Aún y en una de las zonas más hostigadas por el conflicto logró acceder a la educación superior, pero quiso regresar con un claro propósito: apartar a los niños y niñas de la guerra.

Además de los grupos armados, en medio  de la pandemia de COVID-19 en el área rural se vive una constante amenaza de retiro por parte de los estudiantes;  Martha, coordinadora de la I.E. La Arcadia, es una de las educadoras que lucha para que eso no suceda.

“Yo les digo a mis compañeros, ‘si ustedes ven que el niño va a desertar llámenme’, aunque no tengo señal, sí tengo internet y me voy a buscar señal para decirle al papá la importancia de que el niño estudie”.

Hay 19 docentes nuevos en La Arcadia, que poco conocen del entorno familiar de los jóvenes, pero Martha sí. “Me toca contarle la historia del niño al maestro y decirle que nos dé una oportunidad. Para mí es mejor tener un niño empuñando un lapicero, que un arma. Con un cuadernito y no en un lugar que no debe estar”.

Camuflado

La docente tiene cantidad de historias tristes y alegres qué contar porque ha estado en Algeciras aún y en sus peores momentos de orden público. Entre las lamentables rememora la ocasión en que se encontró de frente con un joven uniformado que fue su alumno.

“Me lo encontré de camuflado. Mi sorpresa fue triste. Él se acercó y me dijo ‘yo sé que usted nunca nos enseñó esto, yo lo tomé, pero no fue porque usted no nos hubiera enseñado que esto no es lo bueno. No se vaya a sentir mal porque yo cogí este camino’; fue una persona allegada a él quien le vendió la otra idea”.

La educación en Algeciras ha mejorado y ha sido gracias a los docentes y padres de familia hijos de esa tierra. Cuando Martha estudió, en La Arcadia no existían los grados Décimo y Once, para culminar su educación básica tuvo que irse de casa a Risaralda.  Por medio de sus capacidades como educadora, en ese entonces empírica, una vez estuvo devuelta en el municipio, pudo conseguir un trabajo y fue este el que le permitió estar activa laboralmente y a la vez estudiar a distancia, en la Universidad Surcolombiana.

El trabajo era de docente en la sede Alto Esperanza, en la vereda El Bosque, una zona aún más apartada del casco urbano y peligrosa debido a la presencia de grupos armados. “Una compañera me dijo, ‘no se vaya por allá, eso es muy feo’, pero le dije que no, que yo quería salir adelante y tenía que arriesgarme”.

Todos los procesos educativos que ha liderado con jóvenes y adultos en el área rural, con altísimas limitaciones de acceso a la educación, le han dejado bonitos recuerdos, “el poder enseñar es algo que no tiene precio”, destacó.

La docente hace parte de las mujeres educadoras que están en las zonas más peligrosas del país, debido a la presencia de guerrillas y grupos delincuenciales, pero que quieren que sus veredas tomen otros caminos, no el de la violencia.

"Es mejor tener un niño empuñando un lapicero, que un arma” 7 25 abril, 2024
Martha Cecilia Acosta Culma, coordinadora I.E. La Arcadia.