Las altas pendientes y los suelos inestables de Timaná han sido protagonistas de numerosas emergencias cada vez que se presentan precipitaciones sobre el territorio. Este es un municipio destinado a sufrir de emergencias, algunas podrían mitigarse, pero para otras el riesgo es inminente.
En el año 2017 la Alcaldía de Timaná recibía por parte de la Corporación Autónoma Regional del Alta Magdalena (CAM), el primer estudio de Amenaza Vulnerabilidad y Riesgo (AVR) que detallaba las obras necesarias para mitigar la amenaza ante desastres naturales, como también las acciones cuando el riesgo es inminente.
Por su ubicación geográfica, este fue uno de los municipios priorizados para efectuar las investigaciones, y dado el alto nivel de vulnerabilidad de padecen las comunidades.
Timaná se encuentra sobre las estribaciones de las Cordilleras Central y Oriental, dichas pendientes y la inestabilidad de los suelos hacen de este un municipio de especial atención, máxime en tiempo de lluvias. Sobre las veredas El Tobo, Quinche y Sicande están unas de las fallas geológicas más temidas, se caracterizan por las remociones en masa y en época de intensas precipitaciones como la que se vive actualmente ya ha dejado emergencias.
De acuerdo con el AVR hay dos tipos de amenaza que registra el municipio, uno por fenómeno de remoción en masa (deslizamientos) en la zona rural, y otro por avenidas torrenciales e inundaciones (avalanchas) en el casco urbano. Las obras para frentear la situación ascienden, a precios del 2017, a más 12.600 millones de pesos.
El secretario de Gobierno del municipio, Dagoberto Tejada informó que en lo que va del año, 15 viviendas han sido destruidas a causa de las remociones en masa, como también al menos cinco hectáreas de cultivos, como café, banano y plátano. Una institución educativa también fue afectada, al igual que la vía principal que pasa por el municipio, ruta 45 tramo entre Altamira y Timaná.
El 90% de la malla vial rural de la localidad presenta daños por remociones en masa, pérdida de banca y puentes.
Además, están represados varios afluentes, como la quebrada Tobo y Quinche, que desembocan en el río Timaná. Se requieren dragados (limpieza del cuerpo de agua) en quebradas y los que más alarman están sobre el río Timaná, en sectores de la vereda Pantanos.
Así mismo, “hay unas familias que están en mayor riesgo y requieren reubicación inmediata”.
Existe un sector del área urbana para el que el río Timaná es una amenaza y urge una canalización.
Según el estudio AVR de la CAM debían reubicarse 55 viviendas ubicadas en la zona rural, pues presentaban riesgo no mitigable. Mientras que en el casco urbano existían 65 viviendas en riesgo no mitigable (reubicación) y 56 en riesgo mitigable, es decir, se pueden ejecutar obras de mitigación para enfrentar el riesgo.
De acuerdo con el secretario de Gobierno, ya se contrató una primera obra de mitigación, pero no ha iniciado. Ya está tanto el proyecto para la primera como también para la segunda fase de la canalización del río, aunque no ha comenzado a ejecutarse.
Lo preocupante es que “gran parte de la zona urbana está en riesgo por el río Timaná, porque pasa por un costado de la carrera Primera, que ya fue declarada como zona de alto riesgo. De haber una avalancha van a salir afectadas”.
Agregó que ya se han reubicado varias familias. Y que en la primera temporada de lluvias han estado constantemente reunidos en consejo de Gestión del Riesgo, y haciendo trabajos de prevención porque la realizada es que “nosotros no contamos con recursos para decir que vamos a reubicar todas las personas y hacer las obras de mitigación”, concluyó.
En lo que va del año, 270 personas de Timaná han resultado damnificadas a causa de las emergencias que han provocado las lluvias que apenas comienzan.
De acuerdo con el Ideam las lluvias y el Fenómeno de la Niña continuarán hasta el mes de mayo y junio, fecha en la que empieza la transición a la segunda temporada seca del país. Huila, junto a Nariño y Cundinamarca han sido unos de los departamentos más afectados.