La Nación
 Cigarrillo 'nubla' salud de los huilenses y de las finanzas regionales 1 18 abril, 2024
HUILA

 Cigarrillo ‘nubla’ salud de los huilenses y de las finanzas regionales

Huila dejó de recaudar más de $4.580 millones debido al comercio de cigarrillos ilegales, que para el 2020 alcanzó el más alto porcentaje de participación en el mercado desde que se tiene registro. Estos productos no están sujetos a restricciones legales ni a normas sanitarias eficaces.

huila@lanacion.com.co

En pleno año de pandemia de COVID-19 repuntó el consumo de cigarrillos ilegales en Colombia, y Huila fue uno de los departamentos que aportó a ese crecimiento. El estrés por los confinamientos, ser de más bajo costo y el hábito, son algunas de las razones por las que en el 2020 el mercado ilegal engrosó sus ganancias mientras afectaba la salud de personas y de las finanzas públicas.

Datos entregados por Invamer revelan que el consumo de cigarrillos ilegales en el país aumentó cuatro puntos porcentuales en comparación con lo registrado en 2019, llegando al 34%. Huila por su parte tuvo un crecimiento de siete puntos porcentuales alcanzando un 11%. Para la Federación Nacional de Departamentos (FND) las variaciones positivas se traducen en pérdidas económicas alarmantes.

Para el país representan una pérdida de $696.400 millones, y en el caso puntual del Huila más de $4.580 millones. “Los recursos que se han dejado de recaudar comprometen seriamente las inversiones en salud y deporte”, advirtió la FND.

Huila registra precios más asequibles para el contrabando. La diferencia monetaria entre una cajetilla de 20 unidades legal e ilegal en promedio se ubica en $1,825.19. Una cajetilla de cigarrillo ilegal cuesta en promedio $4,972.73  mientras que la legal $6,797.92.  Entre tanto, la diferencia a nivel nacional es de $2,743.00, el tabaco de contrabando cuesta $3,740.05 y el legal $6,483.05.

Detalló Invamer que las personas que presentan mayor incidencia de consumo ilegal se encuentran en niveles socioeconómicos bajos. Además, la coyuntura que vive el país con el COVID-19 favorece la compra pues “los toques de queda y restricciones a los diferentes establecimientos, hace que las personas acudan a las tiendas de barrio para adquirir los cigarrillos ilegales”. Explicó que son estos lugares el canal con mayor incidencia de distribución de dichos productos.

 Cigarrillo 'nubla' salud de los huilenses y de las finanzas regionales 7 18 abril, 2024
El mercado de cigarrillos ilegales continúa creciendo en Colombia y para el 2020 tuvo la participación más alta que se ha registrado. Fuente: Invamer.

Los principales países de origen de las cajetillas ilegales durante el 2020 fueron Uruguay, Emiratos Árabes Unidos, Paraguay, Corea del Sur y China. Y entre las principales marcas que no están pagando los impuestos destinados a la salud y el deporte en el país sobresalen Rumba, Carnival, Marshal, Ultima y Fisher.

El panorama es complejo y para la FND es “urgente” que Estado y la sociedad asuman una corresponsabilidad. “Vamos a fortalecer nuestra lucha anticontrabando y no ahorraremos esfuerzos para combatir este flagelo. Este año, se invertirán más de $16.000 millones en la lucha contra el contrabando, por medio del programa que lidera la FND y los departamentos. Además, esperamos fortalecer el control y la fiscalización por medio del aumento en visitas a establecimientos (75% más que en 2020) y aumento en aprehensiones en operativos individuales y de impacto, junto a la POLFA, la DIAN, y otros actores clave como la DITRA, la SIJIN, entre otros”, expresó Didier Tavera Amado, director ejecutivo de la FND.

Sin normas sanitarias

En reiteradas ocasiones la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde una mirada más completa,  ha indicado que el comercio ilícito de productos de tabaco plantea graves problemas para la economía, pero también para salud y la seguridad: “socava las políticas tributarias, facilita la iniciación al consumo de tabaco de los jóvenes y aumenta las desigualdades sanitarias en la sociedad”.

Legal o ilegal las consecuencias negativas para la salud humana son siempre negativas, no obstante, advierte la OMS que los segundos en mención “no están sujetos a restricciones legales ni a normas sanitarias eficaces cuyo objetivo es frenar el consumo de tabaco, como son las advertencias gráficas o la prohibición de la venta de tabaco a los menores de edad”.

Precisa además que el objetivo de los contrabandistas no son sólo los grupos de bajos ingresos, sino también los jóvenes, y son ellos quienes tienen más probabilidades de adquirir estos productos que las personas mayores. Y que las tabacaleras “son parte del problema, no la solución”. Pues, “aunque públicamente se oponen al tráfico ilícito y proclaman estar firmemente decididas a ayudar a los gobiernos en la lucha contra el contrabando de tabaco, hay pruebas de que participan activamente favoreciendo el comercio ilícito”.

Para la OMS las campañas mediáticas no resolverán por sí solas el problema. “Para eliminar el comercio ilícito de productos de tabaco hace falta un enfoque coordinado para realizar intervenciones acordadas en las que participen numerosos sectores y todas las instancias gubernamentales. Componentes de ese enfoque son la colaboración internacional, una administración tributaria más sólida que proteja la cadena de suministro, el fortalecimiento de las actividades de inteligencia y de ejecución, y la aplicación de sanciones rápidas y severas”.

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Tabaco, comportamiento y pandemia

Carlos Julio González Villa

Psicólogo y Psicoterapeuta

Un gran dilema humano es el por qué consumimos lo que nos hace daño, hoy, atravesando el COVID-19 reflexionamos a cerca de la importancia de la salud y su vínculo con estilos y hábitos de vida saludables, el tabaco no escapa al foco de la mirada pandémica, no es un secreto que según la OMS es la primera causa de muerte en el mundo, de hecho cada seis segundos fallece una persona a causa del tabaco, sin embargo su consumo está profundamente ligado a lo cultural, que algún filósofo llamó de autodestrucción.

Su uso se  explica básicamente por la capacidad que tiene la nicotina, que es la sustancia química que contiene el tabaco, de modificar el comportamiento cerebral, aumentando la liberación de sustancias químicas en la neurotransmisión que “ayudan” a regular el estado de ánimo mediante efectos relajantes y reducción de la tensión, además muchos llegaron a él como un clip socializador o para ganar estatus social y sensación de adultez en la adolescencia o reconocimiento en la Inter personalidad, muchas veces para combatir el cansancio, hacer cierres en las rutinas o simplemente para tener un momento consigo mismo, 9 de cada 10 fumadores tempranos terminan dependiendo del tabaco, y es tan complejo abandonarlo que dentro de varias sustancias es una de las más difíciles de dejar (40% opiáceos, 18% alcohol, 8% tabaco) Y más complejo aun cuando la sociedad de consumo, el mercado y la propaganda muestran su uso como algo emocionante, socializador, seguro y cautivador.

En estos tiempos ante la primera pregunta frente a los síntomas de COVID-19: ¿Usted fuma o ha fumado? el miedo que ello produce nos deja un interrogante mayúsculo sobre nuestra educación y autorregulación emocional, el manejo de nuestras necesidades, e incluso sobre nuestra fácil exposición a la sociedad de consumo.

 

El consumo:

-De cigarrillos ilegales se da más en hombres (36%) que en mujeres (31%)

-Es más frecuente en jóvenes entre los 18 a 24 años: el 25% opta por lo ilegal y el 75% por lo legal.

-Los estratos 1 y 2 concentran la mayor proporción de fumadores de cigarrillo ilegal: 41%.

-Los estratos 4, 5 y 6 concentran la mayor proporción de fumadores de cigarrillo legal: 92%.

Fuente: Invamer.