Andrea del Pilar Bautista Perdomo
El virus nos ha sacudido de una forma sin precedentes. A muchas personas se sigue llevando, y otras el mal se padece de puertas adentro de los hogares. Aquí no valen ni los avances tecnológicos que nos permiten comunicarnos unos con otros, para saber cómo nos encontramos, dado que la incertidumbre carcome y llena de angustias a las miles de familias.
Hay que continuar con las medidas, en especial prevalece el autocuidado, pues al contagio, cada organismo reacciona de manera distinta, y no sabemos cómo puede obrar en nosotros o en quieres están a nuestro alrededor.
Sé que las acciones para mitigar este virus, que toman los distintos gobiernos cansan, molestan, aburren; en especial desesperan porque ello conlleva a una enfermedad más grave que es el hambre, y que hoy en muchos hogares necesitan de trabajar en los espacios públicos para llevar su sustento diario, pero finalmente con las diferentes medidas, se está buscando mitigar la cadena de decesos que está dejando este mal que no se va.
Así se vea la luz al final, el peligro continúa dada la aparición de nuevas variantes del virus, que obligan a adoptar medidas fuertes. Entonces, nadie puede bajar la guardia, necesitamos estar fortalecidos, mejorar los ánimos por todas las vicisitudes que se ha presentado por estos días, como lo es, lo inoportuno de una Reforma Tributaria.
Todos tenemos la fe puesta en que lo que nos resta del 2021 debe ser un año de recuperación, en todos los aspectos, se requiere rápidamente la vacunación porque necesitamos tener a raya este virus, se demanda que se dé aire a las diferentes actividades económicas y productivas, se pide la reactivación de todos los sectores, y erradicación de las brechas estructurales que desencadenan la pobreza, la cual nos ha dejado devastados con los últimos resultados del DANE.
A todas las instancias gubernamentales debo decirle que el remedio no puede ser peor que la enfermedad y que debe brillar el liderazgo para construir consensos, generar esperanza y progreso, se debe empezar a transmitir confianza, emitiendo verdaderas señales de apoyo a la población vulnerable, estimular la reactivación, generar campañas de motivación de consumo de los productos locales, transparencia en todo el actuar, para que salgamos todos de esta olla pitadora que esta a punto de explotar y que sino se sabe manejar nos afectará y de qué manera a todos.