La Nación
La otra cara de los falsos positivos en el Huila 1 24 abril, 2024
INVESTIGACIÓN

La otra cara de los falsos positivos en el Huila

Las víctimas y sobrevivientes presentarán sus versiones sobre las ejecuciones extrajudiciales, presentadas como muertes en combate. La JEP abrirá la tribuna en Neiva.

 

RICARDO AREIZA

unidadinvestigativa@lanacion.com.co

Primero fueron los generales, oficiales y suboficiales, de la Novena Brigada y de los principales batallones en presentar su versión sobre los ‘falsos positivos’ ocurridos en el Huila. Además, 47 soldados, la mayoría condenados por su participación en estas ejecuciones extrajudiciales, mostraron los pormenores de estos hechos. La mayoría están en libertad condicionada, como beneficio por su sometimiento.

Ahora, el turno le corresponderá a las víctimas, parientes y sobrevivientes de los falsos combates para precisar los alcances. Las voces de las víctimas se sentirán en una audiencia prevista para el 16 y 17 de mayo, en Neiva.

Los ex comandantes de la Novena Brigada y sus jefes de  Estado Mayor y los antiguos comandantes de los batallones ‘Cacique Pigoanza’, Magdalena’, ‘Tenerife’, ‘Los Panches’ y el Gaula Huila, rindieron separadamente sus versiones.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) recibió los testimonios voluntarios de 47 soldados que se acogieron al mecanismo de justicia transicional, 33 oficiales y suboficiales y seis generales.

Testimonios

El año pasado rindieron su versión voluntaria los generales  Jaime Alfonso Lasprilla Villamizar, Miguel Ernesto Pérez Guarnizo y William Fernando Pérez Laiseca, Marcos Evangelista Pinto.

El mayor general  Marcos Evangelista Pinto Lizarazo, quien pidió la baja el 25 de julio 2021 luego de 36 años de vida militar, fue uno de los comparecientes.

El oficial estuvo al frente del Batallón Magdalena con sede en Pitalito entre diciembre de 2007 y julio de 2008. La Fiscalía General de la Nación lo investiga por 19 muertes presuntamente perpetradas por soldados del Batallón Magdalena bajo su mando. La Fiscalía 76 Especializada en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario les imputó los delitos de homicidio agravado y desaparición forzada.

Lo sucedió el coronel Edgar Alberto Rodríguez Sánchez como comandante del Batallón Magdalena con sede en entre julio de 2006 y diciembre de 2007. El oficial estuvo al frente de la Fuerza de Tarea Algeciras y Comandante de la Brigada Móvil 2.

La Fiscalía General de la Nación inició las investigaciones por 22 muertes presuntamente perpetradas bajo su mando.

 Casos más sonados

Las primeras víctimas correspondían a Alberto Augusto Lizcano Cedeño, un joven indigente, nacido en Garzón y Juan Perdomo Claros de Neiva. Los dos jóvenes consumidores habituales de alucinógenos fueron secuestrados el 11 de febrero de 2008, separadamente. Luego fueron uniformados y posteriormente acribillados en un fingido combate que resultó otra farsa, planeada por el sargento William Andrés Capera.

El ‘falso positivo’ fue ejecutado en la vereda Divino Niño del municipio de Suaza amparado en la misión táctica No. 0321 Felino, bautizada como la operación Soberanía.

Cinco meses después otros tres jóvenes drogadictos corrieron la misma suerte: Juan Diego Martínez Peña, Álvaro Hernando Ramírez Falla y el mimo Miller Andrés Blandón, conocido como ‘la estatua humana’.

Los tres fueron retenidos ilegalmente el 17 de julio de 2008 y al día siguiente aparecieron como guerrilleros dados de baja en combate, en la vereda San Vicente de Isnos. También figuran casos similares en Acevedo, Pitalito, San Agustín, Algeciras y en otras regiones del país.

Estatua humana

Cinco meses después otros tres jóvenes corrieron la misma suerte: Juan Diego Martínez Peña, Álvaro Hernando Ramírez Falla y el mimo Miller Andrés Blandón, conocido como ‘la estatua humana’. Los tres fueron retenidos ilegalmente el 17 de julio de 2008 y al día siguiente aparecieron como guerrilleros dados de baja en combate, en la vereda San Vicente de Isnos. Este caso emblemático, destapó los falsos positivos, mucho antes que los casos de Soacha.

Los tres jóvenes, trataban de rehabilitarse de la adicción a las drogas y dormían en la Casa de Apoyo del Habitante de la Calle en Neiva.

Albañiles

Otros tres jóvenes neivanos, entre ellos un soldado regular que acaba de prestar su servicio militar, fueron acribillados a mansalva por tropas del Batallón Pigoanza, a quienes presentaron como miembros de una banda delictiva.

Luego en la misma zona, otro muchacho consumidor crónico de bóxer, también apareció muerto en un combate fingido, con un arma que nunca disparó.

El múltiple crimen ocurrió el 22 de octubre de 2007.  Las víctimas, amigos y vecinos del barrio José Eustasio Rivera de Neiva fueron detenidos sin orden judicial.

Ese mismo día, aproximadamente a las 8:30 de la noche, fueron ultimados por miembros del Ejército Nacional con tiros de fusil, en el sector El Caracolí en la vía hacia Potrerillos, en jurisdicción del municipio de Gigante.

Diego Armando Cárdenas Sánchez 23 años y Luis Ernesto Vargas Olaya 19 años, se dedicaban a labores de albañilería. Marlio Mauricio Murillo Quintero, acaba de prestar el servicio militar obligatorio y se preparaba para una cirugía  por una seria lesión en la mano derecha.

Otro indefenso

La misma situación se presentó con el habitante de la calle Teódulo Montano Correa, víctima de un falso positivo el 16 de enero de 2008 en la misma zona.

El joven drogadicto no estaba en condiciones físicas, psíquicas ni psicológicas para llevar a cabo una agresión armada, al ser un consumidor crónico de sustancias inhalantes (bóxer) y alucinógenos desde muy temprana edad, como reportaron los certificados de una institución donde estuvo recluido antes de ser fusilado como supuesto guerrillero.

Los proyectiles que le causaron la muerte fueron todos disparados desde un mismo sitio, y a muy corta distancia a 22 metros de distancia.

En el operativo “intervinieron ocho militares. Solo uno accionó su arma de dotación y disparó cuatro proyectiles de fusil Galil, a las 7:30 de la noche, a 22 metros de distancia. Los cuatro disparos impactaron por la espalda a Montano Correa.

Además, el occiso era zurdo pero en la mano derecha le colocaron un revolver calibre 38. La víctima, según el expediente, “no pudo haber lanzado la granada porque no existe ningún ser humano que pueda lanzar una granada a 100 metros de distancia”.

Lider agrario

El 23 de febrero de 2008, cuando retornaba a su parcela, el dirigente campesino de Algeciras (Huila), Édgar José Molina Ovalle fue abatido al cruzar de noche por un retén militar en la carretera hacia Santa Ramos (Caquetá).

El labriego, de 50 años de edad, era el presidente de la junta comunal de la vereda Piñares. Además, fungía como gerente de la cooperativa Cooamigos y el tesorero del Colegio Básico Los Negros de la zona campesina.

Sin embargo, los organismos de seguridad, lo presentaron como un supuesto miliciano.

Después de 14 años, el Consejo de Estado, develó las circunstancias en que se produjo su muerte y condenó al Ministerio de Defensa a pagar a sus dolientes una indemnización económica.

Humildes coteros

El 12 de julio de 2008 cuatro humildes estibadores que laboraban cargando y descargando camiones en la plaza de mercado de Pitalito fueron engañados por un reclutador y conducidos hasta Naranjal en Timaná, donde fueron ejecutados ilegalmente por un destacamento militar.

El falso operativo fue realizado por el Tercer Destacamento de la Agrupación de Fuerzas Especiales Urbanas No. 11 de las Fuerzas Militares (Afeur 11) al mando del teniente Felipe Andrés Ramírez Gómez. Por este horroroso episodio, el Ejército también fue condenado.

Discapacitado

El oficial resultó comprometido en otro falso positivo, ocurrido meses antes en la vereda Potreritos, zona rural del municipio de Íquira, en la noche del primero de febrero de 2008. Esta vez, la víctima fue Juan Carlos Aguirre Macías, quien tenía una discapacidad que le impedía mover las manos.

El occiso fue sacado de su vivienda en el barrio Santa Inés (Neiva). Luego apareció muerto como extorsionista en un supuesto enfrentamiento armado.

Sobrevivió

Un modesto estibador, Aladino Ríos Sánchez, de 33 años, quien se ganaba la vida cargando bultos ajenos fue detenido el 14 de agosto del 2007 con Albeiro Hernández Cerón cuando se desplazaban a una finca cercana ilusionados con un trabajo estable. Dos informantes del Ejército los habían contactado y les ofrecieron empleo.

Por la noche abordaron un pequeño automóvil y emprendieron el viaje. En el sitio La Gallera en la vía Pitalito-San Agustín se encontraron con un grupo de militares pertenecientes al batallón Magdalena. Los uniformados los obligaron a bajar del automotor y los tendieron boca abajo. Aladino sobrevivió milagrosamente. Su compañero fue asesinado a sangre fría.

Operación Ébano

El campesino Ever Urquina Rojas, de 34 años de edad, salió a las tres de la tarde de la residencia de su hermana Eyra Urquina el 17 de enero de 2008 y nunca regresó.

El cuerpo fue hallado al día siguiente en la vereda El Carmen sin identificación. El occiso había sido reportado por el Batallón Magdalena como guerrillero muerto en combate en el marco de la operación militar Ébano.

El combate resultó falso. El labriego fue desaparecido y luego ejecutado en total indefensión y el sargento William Andrés Capera, terminó premiado.

Al cadáver le cambiaron la ropa, le pusieron botas de caucho y un revólver en mal estado en cuyo tambor encontraron la mitad de las balas sin percutir. La ropa original fue incinerada. La billetera y los documentos que portaba fueron lanzados al río.

Mayordomo

Darío Hernández Guerra, el mayordomo de una finca cafetera en Garzón nunca creyó que un juego de tejo, terminaría en una tragedia.

El labriego salió el sábado 3 de marzo de 2007 con su compare Héctor Julio Fonseca hacia la cancha ‘El Dorado’, donde departieron un largo rato.

Al caer la noche, Fonseca retornó a su casa. Hernández Guerra quedó solo y sin transporte.

Al día siguiente, lejos del lugar, apareció muerto en un supuesto combate realizado en una apartada zona montañosa en la vía Isnos-Popayán, muy lejos donde se quedó y más lejos donde residía.

El teniente Carlos Andrés Mahecha Bernal, comandante de la ‘compañía Berlín’, implicado en otros falsos positivos, reportó que durante el operativo realizado en horas de la madrugada fue dado de baja cuando “se encontraba cobrando vacunas en la vereda ‘El Mármol’ en un retén ilegal.