La Nación
La rebelión de las caricaturas (r2) 1 23 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La rebelión de las caricaturas (r2)

Carlos Eduardo Amézquita

La caricatura es una representación simbólica, generalmente elaborada sobre un pizarrón de papel o cartón, en la que se exageran o simplifican rasgos y semblantes fisonómicos de un individuo, persona, ciudadano, o institución social.

También puede ser asumida como una obra de arte que sugiere “la intención de ridiculizar circunstancias” políticas, sociales o religiosas, con propósitos satíricos y humorísticos.

Los primeros caricaturistas fueron los “filósofos cínicos” (discípulos de Sócrates año 500 AdeC), por supuesto. Entre ellos Antístenes, junto con Diógenes y otros, quienes ya denunciaban a todo pulmón la corrupción y la “lambonería” de los gentiles, en forma burlesca e irritante.

Se cuenta que Diógenes encontró un farol, que alguien había dejado junto a su bañera, en plena calle, y pensó: «¿Qué hago yo con esto?» Y se dijo: «Ya sé». Lo prendió y salió a pasear a plena luz del día acercándose a los grupos que charlaban y a ciudadanos desprevenidos, diciéndoles: «Busco un hombre honesto» que no sea político….

Los cínicos se atrevieron a ridiculizar políticos, gobernantes, a líderes y emprendedores de la época. Hoy día, igual, los cínicos abundan por ahí, simbolizando la desfachatez y el “desmangurre”, inclusive desde el mismo Estado.

Juan el Bautista, en épocas de Cristo y siguiendo esta tradición, solía denunciar (en Alta Voz) el cinismo imperial de Roma frente al pueblo judío.

Sinopsis: La caricatura tiene como finalidad incitar cambios políticos y sociales, pues con ella se suelen decir muchas verdades. El asunto está cuando el Estado y la Sociedad, por igual, sienten amenazada su legitimidad por caricaturas, caricaturistas, y/o por dibujos animados polémicos. Buen ejemplo podrían ser: Los Simpson, Snoopy,    Benitín y Eneas,  Boogie el aceitoso, entre otros.