La Nación
¡A cosechar el sol! 1 23 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡A cosechar el sol!

Fermín Beltrán Barragán
Supongamos que un inesperado día no se ilumina el amanecer, simplemente porque nuestro amado sol se apagó. ¿Qué pasaría con los animales y los humanos, qué sería de las plantas y de los ecosistemas? Probablemente todo se extinguiría con él, en una especie de agujero negro sin fin y sin comienzo.

Sin el sol, la vida perece, su energía hace crecer las plantas, permite que ellas germinen, se desarrollen y puedan ser cosechadas como verdes alimentos clorofilados. Hubo una época, eso lo saben los abuelos, en que las fincas reverdecían de hortalizas y huertas, todos los campesinos tomaban parte de la
tierra y un pedacito de sol y creaban sus propios alimentos.

Y hay otra época en la cual las verduras y los alimentos son comprados en las ciudades y en las cabeceras municipales y llevados a las fincas, pasamos de ser pluricultivadores a monocultivadores en muchos casos, en otras palabras, dejamos de ser autosuficientes y empezamos a depender de otras condiciones, en
un asunto de tanta importancia, cual es la seguridad alimentaria.

Es paradójico que hoy, en medio de tanta tecnología y alimentos, de tanta “abundancia” estemos en riesgo de hambrunas y calamidades, si nos cierran el supermercado y las grandes plazas, ¿en dónde compraremos la comida? Muchas personas tienen hambre en este planeta, por ello es el momento de regresar a la labranza, a plantar y ver crecer la vida, a tomar la lechuga y la cebolla fresca, a llevar el oxígeno y los nutrientes reales a la vida. Es el momento de fundirnos con la tierra y con el agua, de achicar el ego y la avaricia y engrandecer el amor, la esperanza y la vitalidad.

Hagamos un esfuerzo para volver a la huerta, que en todas las fincas las verduras vuelvan y que los jugos de la fruta fresca sean el alimento de la familia. Hay casas con enormes patios, hay nuevas técnicas para cosechar verticalmente, los jardines deben ser de frutales y alimentos, seamos capaces de producir y compartir el producido, no solo en el campo, también en las ciudades.

Los abuelos decían “…a la finca no hay que traer sino la sal”, un buen día cambiamos esa sabiduría, ahora lo llevamos todo, nos civilizamos, y dimos paso a las enfermedades que nacen de la mala alimentación y de hábitos incorrectos.

¡Regresemos un poco, sin dejar la tecnología, pero volvamos a ese pasado verde, abracemos la tierra y con resolución, volvamos a plantar, y en las mañanas veremos crecer las hortalizas en las huertas, será momento de vendimia, será momento de cosechar el sol!