Marco Fidel Rocha
Todos los colombianos somos conscientes de la difícil situación que está viviendo nuestra patria y que ha afectado a toda la población sin ninguna excepción, unos más que otros pero todos hemos sufrido las consecuencias de la pandemia que estamos padeciendo. Sin embargo, no nos explicamos cómo algunos ciudadanos no son conscientes de lo difícil que ha sido el manejo de esta tragedia y no entendemos cómo continúan, en vez de colaborar, haciendo críticas inoportunas y saboteando muchas de las labores que con buena intención el gobierno viene proponiéndole al país.
Las finanzas públicas no son suficientes, tal como están hoy, para poder atender las necesidades de muchos colombianos que sufren las consecuencias de la pandemia; desempleo, negocios quebrados, muchos bienes raíces para la venta o en arriendo, la educación afectada, la baja disponibilidad de computadores y otros medios necesarios para la conexión con los colegios, empresas comerciales e industriales hacen que muchas de ellas estén paralizadas y sin esperanza de una apertura a corto plazo. Así las cosas es necesario hacer un reajuste en muchas políticas y para ello, necesitamos la colaboración y la intervención oportuna y justa del aparato gubernamental y del aparato legislativo, además de la colaboración de la población en general.
Hoy veríamos con muy buenos ojos la intervención oportuna, ejemplar para los actos de corrupción, muchos de ellos conocidos por los entes de control; indispensable también es la intervención del gobierno para hacer un PLAN DE AHORROS en los gastos de funcionamiento y de inversión; de parte del legislativo merecerían un gran aplauso quienes legislen sobre todos los aspectos que a través del tiempo, han logrado sobrepasar las prestaciones sociales, los sueldos y los gastos extraordinarios que han logrado desde el pasado disminuir las arcas de nuestros escasos recursos.
Como se dice comúnmente “EL PALO NO ESTÁ PARA CUCHARAS” y hoy como nunca debemos hacer un frente unido para poder superar ENTRE TODOS y de común acuerdo esta situación de la cual no tenemos ni arte, ni parte en su aparición. Hay muchos aspectos de la vida social y económica de un país que se deben aplazar para poder atender las necesidades urgentes de nuestra sociedad.
Así las cosas tienen la palabra y el debido proceder no solo el gobierno y el poder legislativo sino todos y cada uno de los colombianos; rechacemos, en estos momentos, cualquier asomo de alteración del orden público a favor de causas que nada tienen que ver con la atención prioritaria que necesita nuestra sociedad.