La Nación
Abogados y Jueces Digitales 1 18 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Abogados y Jueces Digitales

Fermín Beltrán Barragán

La abogacía es una profesión emblemática en el mundo contemporáneo, hay litigios por todos lados, no solo en los tribunales y juzgados sino en los medios de comunicación y en las redes sociales. Cada vez tenemos más normatividad, según el Diario El Tiempo el señor Rodolfo Valero y Borras en un congreso de juristas en Buenos Aires, sostuvo que desde la creación del Congreso de Colombia hasta 2017 se aprobaron en el país 5’967.000 leyes, en la actualidad hay 95.000 leyes y normas vigentes, sostiene el columnista Miguel Gomez Martínez, muchas de ellas obsoletas e inservibles. No tengo la certeza de estas cifras, pero sin duda tenemos miles y miles de normas.

La abundancia de normas hace de la abogacía una profesión difícil en Colombia, el profesional del derecho debe leer e investigar en demasía, por fortuna el desarrollo de los sistemas informáticos y la sistematización de la normatividad le han permitido hacer búsquedas, clasificar información y controlar las notas de vigencia. Sin esta tecnología, su labor sería astronómica y se podrían cometer errores citando normas obsoletas y resolviendo contradicciones y vacíos en este mar de complejidad.

Pero, así como se sistematizan las normas ya hay quienes piensan que una inteligencia artificial puede emitir sentencias en derecho y que en el futuro podríamos tener máquinas que hagan el papel de jueces y de abogados. De hecho, se afirma que la inteligencia artificial ya está procesando conceptos jurídicos más precisos y con mayor rapidez que un abogado.

No se si los abogados serán sustituidos por la inteligencia artificial, es probable que esto ocurra en un futuro. Lo que si está claro es que los abogados cada vez deben estar más en la tecnología para procesar sistemáticamente las normas, interpretarlas y construir los argumentos para las defensas, las demandas y los conceptos, debe convertirse en una especie de analista de la data jurídica y en un gestor de tecnologías para el manejo de la relación sincrónica con sus usuarios.

Al ser humano le es difícil ser totalmente objetivo, tendría que abstraerse de su conciencia y de sus emociones, esto no es posible; en cambo las máquinas no son sentimentales, simplemente procesan datos, no ven, no sienten, no tienen piel, por ello son ajenas a las consecuencias que ocurran. Este es un gran tema para el debate, ¿se imaginan llegando a una corte en donde en el lugar de los togados de carne y hueso, haya androides de voz metálica, sin asomo de condición humana?

Muchas personas argumentarán que la justicia es ciega como la diosa Themis que la representa, en consecuencia, es preferible que sea impartida sin sentimientos por máquinas frías de alta precisión; otras dirán que al juez humano no se le puede sustituir y que es más seguro que quien juzga esté lleno de sentimientos y que se le pueda conmover en su parte más humana al momento de emitir sus fallos. Lo cierto es que la tecnología impacta tremendamente al mundo del derecho y que el abogado que se sustraiga a ella dejará de ser competitivo en una realidad en la cual los clientes cada vez tienen más alternativas y mayores exigencias.