La liberación de los últimos diez uniformados en poder de las Farc, pese a los naturales inconvenientes de coordinación, parece irreversible. La fecha inicial prevista a partir de mañana fue considerada prematura por motivos logísticos y se pospuso por algunos días. La liberación de los últimos diez uniformados en poder de las Farc, pese a los naturales inconvenientes de coordinación, parece irreversible. La fecha inicial prevista a partir de mañana fue considerada prematura por motivos logísticos y se pospuso por algunos días. Eso no significa que se haya cancelado. Es apenas comprensible que la coordinación del operativo de seguridad no es fácil cuando se realiza en forma epistolar. No obstante los inconvenientes que se puedan presentar, las partes deben agilizar las gestiones y resolver concertadamente las diferencias para facilitar el retorno de los uniformados a la libertad. Las partes no pueden a última hora frustrar esa aspiración no sólo de las familias de los cautivos sino del país entero que ha reclamado el fin de esta horrorosa práctica. El Gobierno debe ofrecer, como lo ha hecho, todas las garantías para que el operativo se realice en las condiciones en que fueron acordadas y respetando el protocolo aprobado por las partes. La decisión está tomada y en este sentido hay que crear las condiciones para que se pueda realizar en el menor tiempo posible. Pese a la incredulidad de algunos sectores, la liberación unilateral anunciada por las Farc, hay que celebrarla. Es un logro victorioso para las familias de los secuestrados pero también para la sociedad civil que ha venido presionando su liberación. La entrega unilateral de los uniformados es un giro reflexivo alcanzado por la perseverancia de los familiares de las víctimas y de la ex senadora Piedad Córdoba. También de Marleny Orjuela, vocera de los uniformados cautivos. Es un giro también de las Farc y del propio Gobierno que ha ofrecido todas las garantías para facilitar el regreso. Las liberaciones unilaterales, abren una etapa de reflexión, días antes de la Semana Santa y ponen fin al dramático calvario que han padecido militares y policías, secuestrados en pleno ejercicio de su función pública. Después de padecer este martirio, lo más sensato es que las partes agilicen y resuelvan las pequeñas dificultades que se puedan presentar. Garantizada la liberación, el país debe seguir buscando escenarios distintos a la confrontación armada para conseguir la paz. Las demandas humanitarias constituyen hoy premisas imprescindibles para reivindicar el derecho de las víctimas y del país entero. Una tregua unilateral será la otra bandera en esta semana de reflexión. Un cese el fuego, abrirá caminos. “Pese a la incredulidad de algunos sectores, la liberación unilateral anunciada por las Farc, hay que celebrarla”. Editorialito La visita del ministro del Medio Ambiente Frank Pearl para examinar los impactos económicos sociales y ambientales generados por El Quimbo era necesaria para atender las reclamaciones de las comunidades. Y un punto de partida para garantizar que se cumplan las compensaciones.