La Nación
Adiós a ‘El Jilguero de América’ 1 29 marzo, 2024
EDITORIAL

Adiós a ‘El Jilguero de América’

“Nunca comprendí tu amor cuando llegó y se fue de pronto//Como nube pasajera así llegaste tú y te fuiste//Te agradezco los momentos que a tu lado me ofreciste//Sólo quisiste divertirte conmigo un rato//Luego todas mis ilusiones las dejaste a un lado//Porque alguien cercano a mí te calentó el oído”.

De este calado eran las canciones a las que siempre nos tuvo acostumbrados Jorge Antonio Oñate González, más conocido como ‘El Jilguero de América’ o ‘El ruiseñor del Cesar’, quien dejó de existir el fin de semana pasado a causa de quebrantos de salud asociados al coronavirus.

Nacido en La Paz, Cesar, el 31 de marzo de 1949, Oñate se convirtió en uno de los máximos exponentes del folclor vallenato. Además de “No comprendí tu amor”, inmortalizó canciones como “Mujer marchita”, “Nido de amor”, “Ausencia”, “Sanjuanerita”, “Alicia adorada”, entre muchísimas otras. Con él, sobresalieron los acordeoneros Nicolás ‘Colacho’ Mendoza, Juancho Rois, Raúl ‘El Chiche’ Martínez, Álvaro López, Julián Rojas, Fernando Rángel, entre otros.

Oñate era un artista de gran calibre. Fue la expresión del vallenato puro, ese en el que se interpretan las vivencias y los sentimientos y se incita a la reunión de amigos y de familiares al son del acordeón, la caja y la guacharaca.

Con toda razón, ha habido una especie de melancolía vallenata en el país por la partida de este grande del folclor.

No hay duda que Jorge Oñate, junto a Diomedes Díaz y Rafael Orozco –también ya fallecidos—serán considerados siempre como los más grandes de la música vallenata. “De Diomedes se decía que yo tenía un enfrentamiento con él y él conmigo. Pero éramos amigos, hermanos todos. Rafael Orozco era un príncipe. Los cantantes más grandes de la historia: Poncho, Diomedes Díaz, Rafael Orozco y Jorge Oñate. Para que los superen, tiene que abrirse la tierra. Nacen muchos, pero a los cinco años están desapareciendo. Lo bueno es quedar en la historia”, se le escuchó decir alguna vez al maestro Oñate.

 

“Oñate fue la expresión del vallenato puro, ese en el que se interpretan las vivencias y los sentimientos y se incita a la reunión de amigos y de familiares al son del acordeón, la caja y la guacharaca”