La Nación
Adiós a la voz de nuestra raza 1 19 abril, 2024
EDITORIAL

Adiós a la voz de nuestra raza

 

“Comencé a declamar a los 5 años. Desde muy niño, mi voz fue muy bonita para cantar y me gustaba hacerlo. Soy nieto de un General de la Guerra de los Mil Días y sobrino de tres curas, querían que fuera cura también. Y mi mamá dijo: “¡No! No metan a ese chino en el seminario porque rompe la sotana y se vuela”. El primer poema que tuve en mis manos se llamaba “José Resurrección”. Es un poema largo donde el artista dice: “Yo soy José Resurrección y mi apelativo es Ramos y estoy pa’ servirle a mis amos con toda satisfacción”. Ese fue el primer poema que me aprendí en la vida. Y nadie creía que yo, con cinco años y sin saber leer, fuera a aprender una cosa tan larga de memoria. Y me lo aprendí porque mi abuelo me lo repetía todos los días. Con ese poema, un niño de cinco años era todo un espectáculo. Y aún más por la forma en la que lo decía”.

El emotivo relato es de Rómulo Augusto Mora Sáenz, más conocido como ‘El Indio Rómulo’, considerado uno de los mejores declamadores del país y quien dejó de existir el viernes pasado tras estar varios días enfermo de coronavirus.

‘El Indio Rómulo’, natural de Monguí, Boyacá, era todo un espectáculo. Declamaba de manera magistral. Con su ruana al hombro y su sombrero de tapia pisada, viajó a varios países y en Colombia, se recorrió durante la década del 90 todos los colegios y universidades que pudo. Con sus recitales inyectaba “colombianismo” a niños y jóvenes. Bastaba un par de poemas para que ‘El Indio Rómulo’ penetrara en el corazón de la gente. ‘Invocación a Cristo’, ‘Hágame una carta’, ‘Por qué no tomo más’, eran algunos de los poemas que más le reclamaban en sus presentaciones.

Adiós a un hombre que significó la voz de nuestra raza. ¡Gracias por hacernos soñar con sus poesías!

 

DESTACADO:

“‘El Indio Rómulo’, era todo un espectáculo. Declamaba de manera magistral. Con su ruana al hombro y su sombrero de tapia pisada, se recorrió todos los colegios y universidades que pudo. Con sus recitales inyectaba “colombianismo” a niños y jóvenes”