Docentes y estudiantes de la Universidad Surcolombiana de Neiva, exalumnos, amigos, familiares y compañeros del investigador universitario Miguel Ángel Tovar, se hicieron presentes ayer en la parroquia San Juan María Vianney del barrio El Jardín, en donde le brindaron un sentido homenaje póstumo al padre, maestro, luchador y visionario. Paz en su tumba.
Como una gran pérdida para el Huila, para el pensamiento crítico de la región y para la investigación académica en el departamento; fue considerada la muerte del docente e investigador universitario Miguel Ángel Tovar, quien falleció el pasado viernes, víctima de un doloroso cáncer de estómago.
Decenas de personas acompañaron al maestro hasta su última morada, expresando con palabras el enorme cariño y reconocimiento para una de las mentes más lúcidas y humanas que ha tenido el departamento en las últimas décadas.
Sus hermanos, su esposa Ilba Montenegro, sus hijos Fredy y Diego junto a sus nietos, el principal soporte con el que contó siempre Miguel Ángel Tovar, permaneció unida en las honras fúnebres, recibiendo el cariño y la gratitud de las personas que admiraron y respetaron siempre al padre, maestro, luchador y visionario.
LA NACIÓN, en homenaje póstumo, reproduce fragmentos de la última entrevista que concedió Tovar el pasado 30 de marzo a este medio de comunicación, en donde fue un destacado columnista durante 17 años. Asimismo expresa las más sinceras condolencias a sus familiares y amigos. Paz en su tumba.
La entrevista
“Fui uno de los fundadores del Itusco. Hice la Licenciatura en Administración Educativa y estuve en la lucha estudiantil y profesoral que dio origen a la Universidad Surcolombiana (Usco). Luego hice una maestría con la OEA en la Universidad del Valle”.
“Ingresé como profesor de la Usco y empecé a investigar. Me dediqué fundamentalmente al trabajo comunitario y rural. Fruto de la investigación que desarrollé en 15 municipios huilenses, incluido Neiva, durante los años 90, establecí las carencias que existían en el departamento para la formación del ciudadano del siglo XXI”.
“El tema me preocupó mucho y elaboré una propuesta para crear una carrera. Finalmente el Icfes aprobó la Licenciatura en Educación para la Democracia, con una duración de cinco años”.
“Construimos las escuelas para la democracia en los barrios por comunas. Era una metodología comunitaria que fue asimilada muy bien. Quiero rescatar este trabajo, así como los artículos que escribí durante 17 años en el diario LA NACIÓN”.
Amigos
“Antonio Iriarte murió en mayo. Uno de los últimos artículos que escribí en LA NACIÓN se lo dediqué a él, al maestro. Nosotros fuimos de una generación frustrada, frustrada en sus sueños. Queríamos cambiar el mundo, la sociedad, queríamos hacer la revolución. Veíamos las cosas tan cerca. Al menos sembramos algunas semillas”.
“Iriarte era un gran maestro. Un excelente músico clásico. Gran pensador y filósofo. Él fue el primer cervantista que tuvo la Universidad Surcolombiana”.
“Afortunadamente, en la universidad tuve un excelente grupo de compañeros. La mayoría era de izquierda. Gente chévere y muy comprometida”.
Reflexiones
“Recuerdo con nostalgia la huelga de hambre que hicieron unas estudiantes en la Universidad Surcolombiana. Era un grupo de muchachas muy formado, muy comprometido. Al final ellas se van organizando y se van retirando. Más el amor y otras cosas las desobliga a ir abandonando”.
“La misión de la universidad es formar ciudadanos críticos. ¿La universidad forma como ciudadanos críticos a ingenieros, administradores, médicos, contadores o abogados? ¿Puede existir investigación científica sin sentido de criticidad? Mientras la universidad no sea esa consciencia crítica de la sociedad es solo un colegio mayor, como el de Nuestra Señora del Rosario, pero no una universidad”.
“La esperanza está en la juventud, en ustedes mismos, en no tragar entero y en leer mucho. En formar círculos de estudio y en comprometerse con proyectos sociales. Fundamentalmente creo en esto, más que en formar profesionales, se necesitan seres humanos críticos. Afortunadamente quedó semilla. El futuro de Colombia está en la gente sencilla, en la gente humilde, en los indígenas, en los campesinos. En la gente sana”
Últimos días
“Cuando me pensioné estábamos trabajando con la Facultad de Derecho en un proyecto curricular, para la creación de la carrera en Ciencias Políticas. Luego me llamaron para que dictara unas clases en los programas de Derecho y Economía”.
“Un día del programa de Prevención y Promoción para los Pensionados me mandaron a tomarme los exámenes trimestrales de control. La doctora me ordenó muestras de colesterol, triglicéridos, de todo. El azúcar me apareció por encima de 700. Yo me sentía totalmente normal y me sorprendieron los resultados”.
“En la tarde llamé a mi hijo Diego, que es médico y vive en Bogotá. Él me mandó a urgencias inmediatamente. Yo no me sentía mal, no tenía mareos, absolutamente nada. Él me insistió e inclusive, me lo ordenó como doctor porque decía que estaba en peligro de un coma diabético”.
“Yo no fui, no le hice caso. Al otro día, la doctora que me había ordenado los exámenes me repitió las mismas palabras de Diego: ‘Llámeme a su esposa y se va ya para urgencias para que lo dejen en observación y le apliquen insulina’”.
“Me fui para urgencias y no me aplicaron nada, tampoco me internaron. Sólo me dieron una pastilla que me desató una desazón terrible, un desasosiego, un decaimiento. Ahí empezó todo…”
‘Es una gran perdida’
La muerte de Miguel Ángel Tovar fue considerada como una pérdida muy sensible para la Región Surcolombiana, por diferentes personalidades, amigos, familiares y compañeros que lo acompañaron hasta la última morada.
Faiver Hoyos, secretario de Educación del Huila. Esta muerte es una perdida muy significativa para el sector educativo. Solo nos queda unirnos en solidaridad con la comunidad educativa del Huila y enviarle un saludo de condolencias, fraternidad y amistad a su esposa Ilba Montenegro, a sus dos hijos, a sus nietos y a toda su familia”.
Uverney Quimbayo, dirigente sindical. “Es una gran pérdida porque Miguel Ángel Tovar fue un hombre con una gran sensibilidad humana. Desde que lo conocí hace más de 24 años en la Universidad Surcolombiana, soñaba con un mundo mejor, con el hombre nuevo que fuera capaz de ser cada día mejor, más justo y humano”.
César Augusto Bahamón, docente, exalumno. “Mi generación perdió a un referente, a un amigo. El profesor que siempre estuvo dispuesto a solucionar nuestras inquietudes con esa sonrisa que alentaba. Él nos mostró la historia de la humanidad de una manera fascinante. Era muy agradable conversar con él”.