El aeropuerto Benito Salas de Neiva realmente no da despegue. Aunque fueron entregadas las nuevas instalaciones, con el protocolario corte de cinta del presidente Juan Manuel Santos, después de varios años esta nueva terminal de transporte aéreo realmente no está terminada. La zona de parqueaderos, que está ubicada frente a la vía de acceso, sigue siendo un gran lote y nada más. Igualmente, a esta terminal le falta más comodidad y servicio al cliente. Por ejemplo, en estas nuevas instalaciones no existen cafeterías, confiterías o algo parecido que le ofrezca al usuario algún tipo de bebida y de comida; porque sencillamente, estos negocios quedaron aislados, olvidados, en las antiguas instalaciones. Me pregunto: ¿No hay poder humano que le haga entender a los que administran esta terminal que sus clientes necesitan este tipo de negocio cerca de ellos? ¡Por favor! Lo más normal que uno puede encontrar en cualquier terminal de transporte es que las cafeterías, confiterías o, inclusive, módulos de artesanías estén a la mano del cliente. La verdad, da grima que los que administran el aeropuerto sólo se preocupen de que sus clientes dinamicen la economía de las aerolíneas y que les importe un pito el sustento financiero de aquellas personas que tienen todavía sus negocios (cafetería y confitería) en las viejas instalaciones. En las nuevas instalaciones ya existen unos locales en donde perfectamente pueden reubicar estos negocios, permitiendo que no sólo el cliente encuentre algo diferente, sino que los propietarios de estos establecimientos tengan también su sustento y no estén pasando las duras, más que las maduras, allá, arrinconados como en un cuarto de san alejo. Pero además, hay que tener en cuenta que los dueños de estos negocios están pagando por un contrato de alquiler; arrendamiento que, por supuesto, les cobrarán a tiempo, contante y sonante. Si estos propietarios están pagando un canon de arrendamiento a la administración del aeropuerto, bien sea ahí mismo en la terminal o a la Aeronáutica Civil, ¿por qué no les garantizan que desarrollen su actividad en óptimas condiciones? Es decir, que tengan la facilidad de ofrecer y vender sus productos para pagar no sólo la renta, sino para generar la ganancia que se merecen. Porque es increíble que ellos tengan que pagar con diligencia el arriendo y la misma administración del aeropuerto los siga teniendo en el cuarto trasero. Bueno, uno puede entender que el Director de la Aeronáutica Civil y la administración de este aeropuerto tengan grandes preocupaciones, como lograr que las aerolíneas sean rentables, pero la situación que están padeciendo los dueños de estos establecimientos no es un asunto “menor”: También, ellos necesitan despegar.