Por: Jorge Luis Salcedo
Mientras los gobiernos del mundo y de Colombia luchan para hacer frente a la pandemia del Covid-19, sin escatimar en gastos; la gente joven no mide las consecuencias de andar en concentraciones para protestar hasta porque “les quitan el chupo a los bebes” (como trago y bebetas) o para apoyar a uno u otro sindicato y destruir todo lo que se les antoje sin pensar en el perjuicio para los comerciantes, empresarios y demás ciudadanos que lucha por sobrevivir haciendo esfuerzos sobrehumanos. Incluso entorpeciendo el transporte de todos los ciudadanos de todas las clases sociales para desplazarse a su trabajo y del trabajo a sus casas.
Hasta ahora las consecuencias han sido bárbaras sobre todo en el número de vidas pérdidas y en los puestos de trabajo; echando al traste con las economías al punto de hacer bajar el precio del petróleo y otros elementos, o, cosas como autos, casas, arriendos de todo tipo de finca raíz y en general.
En estos días de puente hemos visto en varias ciudades del mundo, protestas multitudinarias por los toques de queda o fiestas múltiples en casas y discotecas para rumbear, beber, drogarse y luego salir irresponsablemente embriagados al punto de morir muchos sin darse cuenta de la gravedad de sus actuaciones. Este fin de semana un carro con 4 pasajeros invadió el carril contrario a alta velocidad por andar todos borrachos y se mataron de la manera más tonta, esto fue en la vía a la Costa.
En fin, vemos que la gente joven no se quiere, no quiere a sus padres ni abuelos, y si alguien les llama la atención se ponen bravos. Pero la policía con los pocos efectivos que tiene no puede controlar a toda esa manada de locos inconscientes.
Ni los comerciantes les paran bolas a las sanciones por poner a funcionar una discoteca.
Es difícil controlar a alcaldes que permiten el transporte de pasajeros en buses con sobrecupo, y, si los gobiernos, no dan ejemplo, muchos menos los jóvenes, y así es difícil controlar la pandemia.
A propósito nosotros los médicos particulares, que también estamos en primera línea, y, vemos pacientes Covid-19 a diario.
No tenemos dolientes para acelerar las vacunas, ni nuestras secretarias, por no ser empleadas de una EPS, o, una IPS, y a muchos nos tienen relegados, a grupos que no pertenecemos sea cual sea nuestra edad y sean cuales sean las preexistencias, pero que no podemos cerrar el consultorio hasta que una máquina mal programada llamada TUVACUNA.COM te llame.
¡Yo no me quiero morir aún!!