Javier Cabrera
Aún no comprendo lo que de tiempo atrás pasa en Colombia. Cada protesta planteada para exigir algo a nuestro gobierno, o por lo menos la mayoría de las últimas, termina con vándalos destruyendo todo lo que esta a su alcance. No comprendo cual es la necesidad de destruir, agredir y violentar lo que encuentran a su paso para protestar. ¿Cual es la verdadera intención de quienes lo hacen?, debe ser la pregunta de cada colombiano en este instante.
Si bien es cierto que tenemos problemas que permanecen, que indignan, y generan dolor de patria, también lo es que estos actos callejeros generados por encapuchados poco aportan a una solución. ¿En que momento las ideas, el respeto y las propuestas se dejaron a un lado para demostrar el lado más primitivo del ser humano?
Entiendo que se quiera un cambio, comprendo que algunas cosas no están bien, y dentro de una democracia es valido manifestar el descontento, pero actuar como se esta actuando, solo permite que como colombianos veamos a un grupo de protestantes como inadaptados. ¿Quienes están detrás de estos desmanes?, es lo otro que se debe aclarar.
¿Cuales son los actores políticos que, desde la sombra, en un afán maquiavélico quieren generar zozobra y caos para desestabilizar la institucionalidad colombiana? Es necesario exponer y castigar a los culpables intelectuales de estos hechos vandálicos. Tal vez no estemos de acuerdo con lo que ocurre en Colombia, pero la forma de protestar no es esa. Lo que hacen desdibuja el fondo de cualquier protesta. Si el interés es construir, que lo hagan con ideas y propuestas, no con piedras, y madrazos.
Esto es lo que ocurre en un país ajeno a un liderazgo coherente, que ha sucumbido ante la simple ambición del poder, en donde lo importante no es arreglar las cosas sino, ganar o tener la razón a costa de cualquier cosa. Esto es lo que ocurre en un país polarizado por las diferencias, las mentiras y los engaños, en donde se ha instaurado un liderazgo que corrompe y distrae el futuro de nuestra patria, y que se esconde detrás de los manifestantes a la espera de que el gobierno sucumba para tomarse el poder como en otros países lo han hecho, engañando a incautos.
Es el momento de que el gobierno demuestre su capacidad de liderar, es el momento de que dejen tantas explicaciones y justificaciones, para asumir con autoridad necesaria, decisiones rápidas y contundentes, que genere tranquilidad en el país.