Pasadas las fiestas sampedrinas, el Procurador General de la Nación le servirá a los huilenses dos apetitosos postres para mitigar los excesos de asado y Doble anís. Pasadas las fiestas sampedrinas, el Procurador General de la Nación le servirá a los huilenses dos apetitosos postres para mitigar los excesos de asado y Doble anís. Uno, por cuenta del gobernador saliente, destituido por ignorar la licitación en el negocio de 600.000 botellas del anisado. El otro, con adobo celestial, a cargo de la gobernadora entrante, destituida por el ya chamuscado caso Tigsa. No hablaré de los platos fuertes -destituciones servidas en primera instancia – pues como Procurador Regional practiqué las pruebas sobre las que se edificaron las sentencias de marras. Por lealtad, sin embargo, hablo de Tigsa, para recordarles, que el Procurador Delegado para la Economía y la Hacienda Pública Dr. Rafael Guzmán -responsable del caso – formuló pliego de cargos a la gobernadora, por la comisión de una falta grave con culpa grave, sancionable con suspensión. El Procurador General, retiró del proceso a Guzmán y reasignó la competencia al Procurador Delegado para la Contratación, quien reformuló los cargos el 6 de octubre pasado calificando falta y culpa como gravísimas para destitución. Nuevamente la Regional a mi cargo practicó diligente y respetuosa del debido proceso los testimonios, visitas y recaudó documentos en 2.000 folios, que soportan la segunda instancia próxima a servirse. Rafael Guzmán, debe renunciar, ante la desautorización del Procurador. Sin dignidad ni vergüenza, el ex parlamentario, se aferra con glotonería al cargo. Así las cosas, parece imposible la reversa procesal. Pero en la tierra del insulso, algunos diputados, piden al Procurador revocatoria, por el costo de nuevas elecciones. ¿Serían gratuitas las del Valle del Cauca? Se argumenta en la tierra del bizcocho de achira, que el Procurador acataría el veredicto de Yamid Amat, donde ganó la gobernadora; y también Sigifredo a quien le fue peor. Oran al oído católico del procurador para que evite el ascenso de un ateo a la gobernación. Con un dejo de cinismo provinciano, algunos congresistas apuestan revocatoria por supuesta influencia. Se dice que Ordóñez negoció con Santos su inclusión en la terna reeleccionista, a cambio de la salvación de la “U”. Santos sabe de negociados. Ordóñez de principios. Fallará tan justo cuando absuelve como cuando condena. No llegarán a sus oídos palabras necias a sonar, menos cuando presidente, ministros, congresistas y magistrados merecen relevo y castigo. Oirá otra vez mi voz en tono alto, cuando en mi discurso de 180 años de la Procuraduría le dije en la asamblea del Huila: “Así como lucen hoy en sus manos las banderas blancas de la Procuraduría, pueden lucir mañana los colores del tricolor nacional”.