La Nación
Alexánder, el joven guardián de insectos de Neiva   6 19 abril, 2024
NEIVA

Alexánder, el joven guardián de insectos de Neiva  

Alexánder Lasso es uno de los ocho biomonitores de las veredas San Francisco, Tamarindo y Peñas Blancas en Neiva, personas que trabajan por la conservación del medioambiente y se capacitan por medio del Instituto Humboldt. Hacen parte del primer programa nacional de su tipo que formará a ciudadanos no expertos en el monitoreo de la biodiversidad.

huila@lanacion.com.co

Alexánder Lasso Olaya – Aida Alexandra – creció en medio del ruido y contaminación urbana de Neiva. Confiesa que en su infancia, como la mayoría de su edad, le tenía miedo a los insectos de todo tipo, del susto incluso los mataba y no era para menos, pues vivía lejos la este tipo de organismos y su conocimiento sobre los mismos era casi nulo.

Tan pronto terminó el bachillerato su pensado era ingresar al Servicio Nacional de Aprendizaje – Sena, donde ofrecen educación gratuita. Antes, el ahora joven de 18 años, sentía empatía sobre varias ramas, le interesaba el desarrollo de software y también la criminalística. Pero su vida comenzó a cambiar cuando junto con su familia decidieron radicarse en el área rural del municipio, ocurrió después de su grado el año pasado, y en enero ya estaban viviendo en la vereda San Francisco.

“A mis papás les gusta mucho el campo, el ambiente, los animales, así que ellos consiguieron una finca por acá. En el área urbana criábamos peces y pajaritos. Mi papá es soldado profesional, trabaja en Nariño, y mi mamá es ama de casa”, contó desde la vereda Tamarindo.

Para el joven, sus proyectos dieron un giro de 180 grados al conocer las veredas San Francisco, Tamarindo y Peñas Blancas, zonas aledañas a un área que está siendo impactada por la explotación de hidrocarburos, y fue allí donde conoció el trabajo que realiza Ecopetrol junto con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexánder von Humboldt, por medio del proyecto Fibras. Su objetivo tuvo un nuevo horizonte.

Toda su vida había transcurrido en el barrio Las Palmas, primera etapa, cursó la primaria en el Humberto Tafur Charry, y la secundaria en la jornada tarde del Liceo de Santa Librada. Y fue en abril del presente año cuando logró comenzar a trabajar para el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexánder von Humboldt, haciendo parte del equipo guardián de la flora y fauna de estas veredas de Neiva.

El proyecto

En diciembre un cercano al proyecto Fibras le comentó de primera mano a la mamá de Alexánder sobre la iniciativa que tenía el Instituto y la empresa estatal, le indicó que escogerían ocho biomonitores, y que se trataba del primer programa nacional de su tipo que formaría a personas no expertas en el monitoreo de la biodiversidad y brindaría incentivos económicos por su labor.

“Nos pidieron muchos papeles para inscribirnos. Yo, recién graduado, quería hacer algo: estudiar o trabajar, porque quiero agradecerles a mis papás, que han hecho mucho por mí. Mi mamá me comentó y yo le dije, ‘dale, de una’”.

Fueron ocho las personas habitantes de la zona, las elegidas para ser capacitadas como biomonitores, el proceso durará 12 meses y durante este tiempo recibirán talleres para que aprendan a realizar biomonitoreo ambiental.

El lugar de aprendizaje ha venido siendo la Ecoreserva La Tribuna, antigua finca ganadera y hoy espacio natural dedicado a la conservación del bosque seco tropical; son estudiantes de secundaria, profesionales universitarios, amas de casa y agricultores.

 “Por ejemplo, cuidar un árbol, o saber qué significado tienen los insectos, porque para usted puede ser un simple insecto, pero este desempeña funciones importantes. Mi línea son los chinches, o grafos, algunos dicen que son feos y que huelen mal, sin embargo, cuando empecé las capacitaciones me motivó todo el conocimiento. Cuando me dijeron que sí podía ingresar Humboldt, fue un momento muy bonito, nunca se me va a olvidar. Me motiva el amor”, contó Alexánder.

Junto con su grupo tienen la tarea de caracterizar y monitorear insectos con trampas Malaise: Diptera, Hymenoptera, Coleoptera y Hemiptera.

Así mismo, a la comunidad de Lepidoptera, sus plantas hospederas y parasitoides asociados. A las hormigas y especies asociadas. A los macroinvertebrados acuáticos. Las plantas y hongos. Y a las redes tróficas a partir de excrementos de aves y mamíferos.

El objetivo es empoderar a la comunidad local en el conocimiento de la biodiversidad.

Ahora el joven le apunta a la biología y de todas las especies, son los insectos lo que más le llama la atención. A la gente que opta por matarlos, les dice: “primero, los insectos no son feos ni malos. Solamente hay que saberlos tratar y cuidar. A todos nos dan miedo, pero hay que tener presente que ellos no nos atacarán, de hecho algunos son muy indefensos. A mí ya no me da ni asco ni nada”.

Aida Alexandra está culminando su proceso de cambio y espera pronto lograr su nueva identidad ante la Registraduría Nacional de la Nación. No todos en la comunidad rural conocen de este aspecto de su vida privada, y en su antiguo hogar en Las Palmas, algunos.

“Ahora tengo nombre de mujer, pero estoy en mi proceso de cambio y me considero como hombre”. (…) “Lo que hago en Humboldt es por amor y porque me gusta”, concluyó.

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Aida Alexandra – Alexánder Lasso Olaya- en la Ecoreserva La Tribuna, vereda Tamarindo en Neiva.
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El instituto Humboldt ofrece capacitación a ocho biomonitores de la zona.

 

 El proceso durará 12 meses y es el primero de su tipo en el país

 Alexánder conociendo más de acerca a los insectos…

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Sobre Fibras

Fibras es un convenio de cooperación entre el Instituto Humboldt y Ecopetrol para la planificación y gestión -bajo criterios de desarrollo sostenible- de la biodiversidad y sus contribuciones al bienestar en territorios de Huila, Orinoquía y el Magdalena Medio, a partir de información de base científica.

En este ejercicio es fundamental la conjugación del conocimiento investigativo, la empresa privada y los sistemas sociales.