La Nación
Antes de morir quiero hacerle una escultura a Juan Manuel Santos: Emiro Garzón 3 29 marzo, 2024
HUILA

Antes de morir quiero hacerle una escultura a Juan Manuel Santos: Emiro Garzón

A sus 69 años, el reconocido escultor José Emiro Garzón Correa batalla nuevamente contra el cáncer. En diálogo con LA NACIÓN cuenta cómo ha sido su vida luego de abandonar la capital del país e instalarse en un pequeño corregimiento en el centro del Huila.

 

El rumor de que un hombre rico llegaría a La Jagua se esparció como pólvora por todas las empedradas calles del pueblo, sin embargo, contrariando a lo esperado, José Emiro Garzón Correa arribó con minúsculas pertenencias y teniendo como bien más preciado la firme convicción de montar un gran taller de esculturas; algo que se tornó de poca relevancia para sus vecinos.

Provenía de la capital del país, aunque es oriundo del Caquetá, y se instaló justamente en la casa donde le habrían salvado la vida a “Tirofijo”, fundador de las otrora guerrilla Farc, fallecido en el Meta en el 2008. La historia se la comentaron los terruños, también le hablaron acerca de la mujer que intentaron incinerar en pleno parque central y otros relatos más de los que no se tiene certeza, pero que han logrado darle un toque distintivo a este corregimiento del municipio de Garzón.

El objetivo del reconocido escultor desde que llegó en el 2007, ha sido transformar la manera en que se concibe al corregimiento por medio del arte. Además, está convencido de que este será su hogar el resto de su vida.

Una bruja pobre

La primera vez que escuchó sobre el lugar se dio en una visita a Yaguará, en el centro del Huila, a donde su madre fue a hacer tabaco por contrato. El sitio había sido bautizado como ‘Tabacos El Brujo’, “entonces yo un día, como a los ocho años, le pregunté ‘mamacita, por qué a ese señor le llaman así’ me dijo ‘es que él es de un pueblo de brujas’, ahí fue donde empecé a saber”, recordó.

Posteriormente hubo varios acercamientos con las creencias de la zona, pero siempre reaccionó con recelo. Un día, de adulto, tuvo la oportunidad de visitar a un amigo pintor, que tenía como trabajadora una señora quien sobresalía por su enorme nariz, “y me dijeron: ‘esa es una bruja’, entonces yo les decía ‘pero, ¿una bruja? que se transforma y que vuela, ¿tan pobre?’”, cuestionó con tajante escepticismo. Tiempo después, mientras ojeaba un periódico en Bogotá, se percató de que el medio de comunicación también hacía referencia al famoso Festival de Brujas, y entendió que el misticismo se conocía a nivel nacional.

Enriquecido de historia

Pero fue finalmente la riqueza ancestral la que logró atraparlo. Cuando se instaló con su taller, quiso agregar al ya muy consolidado estilo de mujeres caderonas, unas alas en alusión a las brujas y las colgó en las ramas de los árboles a la entrada de su museo. Pero además, logró contar la historia las comunidades indígenas, los desplazados por la represa El Quimbo, el dolor de los campesinos y el trabajo de las labriegas.

La Jagua es también punto de encuentro entre el río Suaza y río Magdalena y de antaño fue lugar ceremonial de tribus indígenas. Con la instalada de la represa El Quimbo, varios vestigios de rituales quedaron al descubierto; esas situaciones también las ha plasmado en sus esculturas.

“El arte tiene que ser para el pueblo, para la gente que nunca va a los museos, que nunca va a comprar una escultura o pintura y que poco conoce de eso. Yo venía con un aprendizaje impresionante, entonces para desmitificar lo que se decía de la localidad, comencé a hacer brujas en volúmenes, buscando líneas sensuales, cuerpos que inciten”, recalcó.

Comenzó a enseñarles las técnicas a las personas adultas, y a los niños y niñas de la escuela brindó un proceso de capacitación en arte. Al comienzo iban muchos aprendices, aunque luego se fueron disminuyendo y para cuando se llegó el momento de presentar las obras ante la comunidad no fueron sino los turistas, “es un pueblo que no tiene una tradición cultural, pero por medio de mi obra he comenzado a luchar, esto era un sitio muy muerto, ahora ha cambiado mucho”, manifestó esperanzadamente.

Antes de morir quiero hacerle una escultura a Juan Manuel Santos: Emiro Garzón 9 29 marzo, 2024Le rinde homenaje a las vendedoras de leche, cocineras, a la ganadería, a la agricultura, a los caballos; y retrata el dolor que deja el conflicto interno armado.

Arte en parques

Sus obras posan en varios municipios del Huila y su estilo se ha extendido por todo el territorio nacional e internacional. “La escultura también es un mensaje” que ha querido llevar a muchas plazas y parques.

Antes de morir quiero hacerle una escultura a Juan Manuel Santos: Emiro Garzón 10 29 marzo, 2024En Neiva, entre muchas otras, está su favorita: La Lavandera.

Es tal su legado en Huila, que la anterior Administración Municipal de Garzón le regaló una obra al presidente de la República Iván Duque. El primer mandatario “se puso feliz y a exhibirla, entonces me echó encima a mucha gente, pero yo no se la reglé, a mí me la compró la alcaldía”, aclaró.

La paz

Entre risas y picardía, sostuvo que el Presidente Iván Duque, “es un hombre muy inteligente, pero vive con un freno, eso es lo que me preocupa. Yo le llamo muchacho porque nos hemos encontrado y siempre me abraza, me da mucho pesar porque siempre tiene que depender de Uribe y de ese partido”.

Asegura que luchó a favor del proceso de paz y que le dará una sorpresa a muchos, “a sí se pongan bravos, antes de morirme y de que se muera Juan Manuel Santos por habernos dado la paz, quiero hacerle una escultura, ya la tengo en boceto para pasarla a bronce”.

Añadió que “ha sufrido” y que las Farc le arrebataron la vida a uno de sus hermanos. “Entonces, quién no agradece a un tipo de esos que nos quitó por lo menos una parte de esa violencia. Yo quiero ir a Bogotá o hacerlo venir al Huila para dársela. Es hecha por mí y esa sí nadie me la va a pagar”. Risas.

Sería en bronce, y si encuentra a alguien en Huila que la bañe en oro lo haría, anotó. “Una paloma lisa, moderna, que va volando y en la barriga lleva la cara de Juan Manuel. Algunos demeritan el Premio Nobel que se ganó, pero yo creo que es el único que se lo merece”, detalló.

Preocupaciones 

Tiene 4 hijos, entre ellos una única mujer. A lo largo de su vida ha compartido con tres esposas y las mismas veces se ha separado. Sostiene que no cree en lo divino, “creo en el ser humano, y en el Papa, a pesar de que es el hombre del poder y la riqueza”.

Antes de morir quiero hacerle una escultura a Juan Manuel Santos: Emiro Garzón 11 29 marzo, 2024
Cuenta con 37 premios, 198 monumentos y más de 5000 esculturas. Completó más de medio siglo de vida artística.

Ha lidiado con la misma enfermedad durante muchos años, pero logró superar el cáncer de estómago “donde todo se muere”, dijo.

Contó que sucedió hace 15 años, para ese tiempo tenía una esposa, la mamá de su única hija. Admitió que no le “pone mucho cuidado a las mujeres, entonces ella ya se iba a casar por eso mismo, pero apenas supo que yo estaba enfermo se fue para Bogotá, dejó el trabajo y se dedicó a convencerme de que me operara, porque yo decía ‘no joda, para qué me voy a hacer operar si sé que me voy a morir. Me convenció, se puso a rezar y a hacer novenas, yo me reía, pero salí de eso. Ahora tengo es otra enfermedad”.

Actualmente, gran cantidad de visitantes acuden a su museo, “en ocasiones son tantos que me angustio”, dijo. Entre tanto, hace un balance de su vida y explica que su sueño “era hacer fundición a la cera perdida, eso lo logré en Bogotá luego 20 años de investigación”, destacó.

El próximo martes Emiro Garzón estará visitando nuevamente al médico que le está tratando un cáncer en la piel. “Es el único cáncer dizque es benigno, pero igual es cáncer”, risas.

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Técnica y temática

Emiro Garzón es un artista neo-humanista comprometido con su arte por la paz de Colombia, rinde tributo a la cotidianidad del ser humano que va desde el ciudadano normal, hasta los que desempeñan trabajos de la construcción, del campo, la vaquería, la selva. También se inspira en la vida, la música, el estudio, el amor, la oración, temas sociales y en especial, en la mujer y el erotismo, en estas esculturas las féminas se caracterizan por la desnudez, diminutas cinturas, caderas anchas, nalgas grandes, piernas largas, cabello largo y delicadas manos. Además de la técnica del ferroconcreto, madera, látex, acrílico, polímero, diversos metales y fusiones, ha incursionado en la fundición a la cera perdida, su técnica favorita con la que ha obtenido trabajos de excelente factura.