Al margen de algunas críticas razonables al gobierno como es el caso de los viajes al exterior de la primera dama, la llegada de Petro al poder ha creado muchas expectativas en especial entre quienes desde tiempo atrás hemos ansiado verdaderos cambios, teniendo en cuenta la crisis generalizada que padecemos; una deuda oficial equivalente al 60% de nuestra riqueza nacional, estrategias fracasadas para combatir desempleo, pobreza, inequidad y delincuencia, o un sistema de salud colapsado, mientras los defensores de estas tragedias insisten en las falacias, en cuanto al sistema de salud con encuestas direccionadas informan tendenciosamente que este sistema es uno de los “Mejores” del mundo, y que tenemos avance en cobertura como nunca había ocurrido; desconocen que el sistema anterior presentaba baja cobertura formal pero atención a toda la población mediante la red de hospitales y centros de salud; actualmente tenemos total cobertura formal, sin atención o servicios muy cuestionados, de ahí millones de tutelas. Aunque el gobierno tiene solamente dos meses de posesionado podemos advertir aciertos generales y algunas falencias.
Acertada la separación de altos oficiales para asegurar gobernabilidad, conocidas las históricas diferencias con Petro y min-defensa, además tenemos el fracaso de la estrategia represiva dado el alarmante crecimiento de todos los indicadores de violencia. Digno de encomio el planteamiento del ministro Osuna, referente a la dignificación de los presos y la solución al hacinamiento carcelario, algo vergonzoso que ha sido tratado de manera indolente por parte de gobiernos y nuestra sociedad hipócrita y mayoritariamente cristiana; ojalá dicha propuesta humanitaria fructifique. También es acertada la posición del ministro Prada en el sentido de acudir al derecho constitucional para convocar al adormecido pueblo a manifestarse sobre las reformas estructurales, pues lo más probable es que el Congreso no apruebe cambios estructurales por razones conocidas. De las confusas declaraciones de la min-minas se infiere: “Los recursos no son infinitos, entonces la población y el crecimiento tiene que estabilizarse en determinado momento” esto se opone a la falacia neoliberal de que debemos crecer, crecer y crecer, para solucionar todos los problemas.
Reprobable el nombramiento de la primera dama para misiones extranjeras (Costó $63 millones), podría ser legal pero es inmoral y anti-ético; Hemos criticado estos hechos en gobiernos anteriores, mal podríamos aceptar lo presente. Si prometen cambios y austeridad, los embajadores, cónsules y agregados pueden desempeñar algunas funciones internacionales; un anuncio apresurado de Petro es la eliminación de nóminas paralelas, algo complicado dado que estas representan casi 600 mil empleos, pero esto está en vía de revisión; algo más la utilización de los fondos privados para incrementar subsidios, doble disparate, plantear algo inconstitucional y validar el fracasado asistencialismo al ofrecer subsidios de $500 mil, la población no implora limosnas, caridad, ni subsidios sino que exige trabajos dignos.