La Nación
COLUMNISTAS

Aprenda de los fracasos. Por Froilán Casas Ortiz

¿Quién no ha tenido fracasos en la vida? La vida es un continuo aprendizaje, de ensayo y error. Lo grave es que no aprendemos de los errores. La terquedad es  signo de poca inteligencia. El maestro Valencia decía, “el terco o es Dios o es mula”. ¿Qué significa esto? Dios que es la infinita sabiduría, siempre tiene la verdad. Pero usted o yo, ¿quiénes somos? Somos seres en continuo crecimiento. Es signo de inteligencia buscar la verdad. No se case con nadie, cásese con la verdad y la verdad es una permanente búsqueda. Usted no es perfecto, es perfectible, cada día es una oportunidad para crecer. Si su pensamiento es miope, su juicio siempre será sesgado.  Reconocer el error es ganar la verdad. Hay gente que se echa a la pena por un fracaso. Se siente incapaz de todo. Se infravalora tanto, que se aisla de todo el mundo. Aislarse es castrarse, es mutilarse. Todos necesitamos de los otros. En el otro descubrimos nuestra diferencia, nuestra riqueza y nuestra debilidad. Las derrotas son parte del proceso de la vida. En las derrotas descubrimos que necesitamos ser más reflexivos que emotivos; en ellas descubrimos la necesidad de seguir avanzando. Nosotros somos seres en crecimiento, no somos seres terminados. Justo, en la superación sentimos la satisfacción de haber logrado el éxito. Los grandes hombres han aprendido de sus yerros, por eso han llegado al estrado del deber cumplido. Los logros no se conquistan con buenos deseos, sino con acciones que implican sacrificios. Los errores son el acicate para impulsarnos a un futuro más promisorio. Cometer errores es propio de humanos, repetirlos –excúsenme decirlo-, es propio de brutos. Por eso se dice, hay que conocer los errores de la historia, para no repetirlos. Hay gente que vive lamentándose del error y no hace nada por salir de él. Emplea la defensa de los mediocres afirmando que los demás tienen la culpa. Vive siempre buscando excusas para justificar las caídas. Sea serio y sea sincero consigo mismo, no viva engañándose y engañando a los demás. Sólo usted es el constructor de su historia. La etapa fetal ya pasó. Cuando usted nace lo primero que hace es llorar, empieza la lucha de la vida. Al empezar a caminar, todavía no tiene el sentido de las proporciones y ante cualquier vacío, se cae. Así se  aprende el camino de la vida. No viva como plañidera sintiéndose el más desgraciado de la vida; hay personas con mayores problemas que usted y se han superado. Conocí a un parapléjico que tiene un taller de mantenimiento de bicicletas. Adecuó su taller de tal forma que puede maniobrar las bicicletas, las puede arreglar, manejando un cumplimiento y una calidad admirables. Incluso da empleo, tiene dos trabajadores. De modo que cuando el ser humano se propone algo, lo logra si es constante y diligente. ¿Qué son las alianzas estratégicas? La unión de fortalezas para superar las debilidades. Recuerde que nadie nace aprendido. Deje sus complejos, usted es capaz de mucho. Deje sus resentimientos y quítese la maldita manía de justificarlo todo para que los demás sientan lástima por usted y lo sigan considerando. No sea zángano, supérese. Deje de criticar la oscuridad, encienda una vela. Acepte su realidad para transformarla. Sueñe, pero sueñe despierto. * Obispo de Neiva