La Nación
Aquello que no se da, se pierde  1 18 abril, 2024
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Aquello que no se da, se pierde 

 El Evangelio de este domingo, nos presenta la invitación a un balance y a una oportunidad de conversión. Es un momento para reflexionar sobre el título que he puesto a este comentario bíblico: “Aquello que no se da, se pierde”.

 

Padre Elcías Trujillo Núñez

«Sucede también con el reino de los cielos lo que con aquel hombre que, al ausentarse, llamó a sus criados y les encomendó su hacienda. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada uno según su capacidad; y se ausentó. El que había recibido cinco talentos fue a negociar en seguida con ellos, y ganó otros cinco.  Asimismo, el que tenía dos ganó otros dos.  Pero el que había recibido uno solo, fue, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo, volvió el amo y pidió cuentas a sus criados. Se acercó el que había recibido cinco talentos, llevando otros cinco, y dijo: «Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado».  Su amo le dijo: «Bien, criado bueno y fiel; como fuiste fiel en cosa de poco, te pondré al frente de mucho: entra en el gozo de tu señor». Llegó también el de los dos talentos y dijo: «Señor, dos talentos me entregaste, aquí tienes otros dos que he ganado». Su amo le dijo: «Bien, criado bueno y fiel; como fuiste fiel en cosa de poco, te pondré al frente de mucho: entra en el gozo de tu señor».  Se acercó finalmente el que sólo había recibido un talento y dijo: «Señor, sé que eres hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; tuve miedo y escondí tu talento en tierra; aquí tienes lo tuyo». Su amo le respondió: «¡Criado malvado y perezoso! ¿No sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí?  Debías haber puesto mi dinero en el banco; y al volver yo, habría retirado mi dinero con los intereses. Así que quitadle a él el talento y dádselo al que tiene diez.  Porque a todo el que tiene se le dará y tendrá de sobra; pero al que no tiene, aun aquello que tiene se le quitará. Y a ese criado inútil arrojadlo fuera a las tinieblas. Allí llorará y le rechinarán los dientes.» (Mateo 25,14-30)  

 

Pues, ciertamente, lo que no se entrega, lo que se guarda para uno mismo, no sólo no se conserva, sino que se pudre y se muere. Le pasó al tercer hombre de la parábola de este domingo. Escondió su talento en la tierra y no lo hizo producir. Y el rey entonces se lo mandó quitar y dárselo al que tenía más, para que produjera más.

Parece un acto demasiado poco compasivo del rey para que este súbdito que sólo quería no malgastar lo recibido y guardarlo intacto para devolverlo. Pero es precisamente eso lo que le recrimina el rey. Porque se nos ha dado la vida para entregarla, se nos han regalado unas cualidades para comunicarlas y hacerlas fructificar, no para que las guardemos de manera egoísta.

Dios no quiere que hayamos tenido una vida intacta a nivel moral o legal, sino una vida entregada, aun con el riesgo de equivocarse e incluso de mancharse las manos. Los que no entregan ni se arriesgan, tampoco producen nada. Les pasaba a los fariseos a los que Jesús dirige casi siempre sus parábolas, pues ellos vivían una piedad religiosa legalista, una relación con Dios basada en el miedo.

Cristo no nos invitó a encerrarnos, ni a conservar lo entregado, sino que nos lanzó a la calle, a predicar, a evangelizar, a ser innovadores y creativos, a vivir el gozo de creer y la alegría de ser cristianos.

Porque no hay nada peor que la esterilidad humana y espiritual. Y es que el tesoro, el regalo que es la gracia de Dios no es para enterrarla, sino para disfrutarla y entregarla. Pongamos, pues, a trabajar todos esos talentos que Dios nos ha dado, todas las semillas de bien y de bondad que Él ha puesto en nuestros corazones, toda esa fe que vale más que el oro y que debemos dar a otros con esperanza y con sentido festivo. Sin duda, encontraremos más alegría en dar que en recibir. Y se multiplicarán nuestros dones y seremos beneficiados en lo que damos.

Nota: Le invitamos a seguir las celebraciones eucarísticas cada domingo a las 7:00 a.m. a través de Facebook live Citynet Timaná, Ategaitana y la Emisora Miel stereo.