La Nación
Aquí se vivió el conflicto en el marco de una democracia: Rubén Darío Acevedo Carmona, director CNMH 1 18 abril, 2024
ENTREVISTA

Aquí se vivió el conflicto en el marco de una democracia: Rubén Darío Acevedo Carmona, director CNMH

Rubén Darío Acevedo Carmona, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, en diálogo con LA NACIÓN habló de la complejidad del conflicto armado y el compromiso adquirido con la memoria, traducido, además, en la consolidación del Museo de Memoria de Colombia.

 

Pese a los múltiples cuestionamientos que tuvo ante la opinión pública el historiador Rubén Darío Acevedo Carmona, por referirse con un lenguaje inapropiado a líderes de la oposición e insistir en la tesis de que en Colombia no hubo conflicto armado, el presidente Iván Duque lo nombró como director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

En su reciente visita al Huila en el marco de la conmemoración de la masacre de los concejales de Rivera ocurrida el 27 de febrero de 2006, el historiador habló con LA NACIÓN de otras iniciativas para la re-dignificación de las víctimas que se realizarán en el departamento y entregó un balance de gestión de la entidad.

¿Cómo surgió la iniciativa para participar en la conmemoración de la masacre de Rivera?

El Centro Nacional de Memoria Histórica desde febrero del año pasado configuró un equipo, para reiniciar los trabajos de recuperación de la memoria histórica de los familiares de los concejales que fueron asesinados en Rivera el 27 de febrero de 2006 por la columna ‘Teófilo Forero’ de las Farc-ep.

Ese trabajo realizado tiene varios productos, un documental sobre la masacre, un libro con las memorias y un cuadro de los concejales. Está pendiente la publicación de un informe y unos perfiles biográficos de los concejales. El viernes pasado en el marco de la conmemoración entregamos a la comunidad una obra artística de un pintor antioqueño, la cual ilustra una reunión de los concejales sesionando, de la misma se la va regalar una réplica a cada familia.

Además, estamos trabajando con la ‘Fundación Sonrisas’, dirigida por la doctora Marta Aguirre, quien ha estado al frente de las conmemoraciones que ha habido tras la masacre.

¿Por qué es importante recopilar todo lo que ha pasado en el conflicto armando en el país?

Hay que diferenciar la memoria de la historia. La memoria es la expresión más directa y emocional de quien ha sufrido un daño, en razón de un conflicto armado en este caso. La historia ya es todo el trabajo académico, nosotros trabajamos en los dos planos.

En el primero lo que se busca es que la gente exprese su dolor en un espíritu de catarsis con el fin de que al recordar sea capaz de liberarse un poco de sentimientos negativos, la rabia, el oído, la necesidad de venganza. También, tratamos de que las víctimas tengan un proceso de recuperación a través de empresas comunitarias, familiares de tratamiento psicológico, para sigan mirando hacia adelante y no se queden empantanados en el sufrimiento.

Esas historias de vida de las personas se publican en cartillas, documentales que se presentan al público, la idea es que se vaya creando y fortaleciendo, como manda la Ley de Víctimas, un clima y una cultura de convivencia y respeto a la diferencia; porque nosotros tenemos la idea de que las memorias son diversas y a veces hasta contradictorias y no es fácil de manejar eso.

El trabajo histórico ya es el que hacen los académicos. Nosotros hicimos una convocaría con el Ministerio de Ciencias el pasado 6 de febrero a más de 600 grupos de investigación de ciencias sociales y humanas de universidades de todo el país, para que presenten proyectos relacionados con el conflicto armado. La convocatoria termina el 6 de abril y el proceso de calificación lo hará el Ministerio de Ciencias con sus pares académicos. Son 15 proyectos los que se van a financiar.

¿Tienen pensado hacer el mismo proceso con otros episodios que fueron dolorosos aquí en el Huila?

Aprovechamos para entrar en contacto con la mesa de víctimas del Huila, con Derly Pastrana ya exploramos la posibilidad de hacer un trabajo de recuperación de memoria con mujeres que hacen parte de la mesa regional de víctimas del Huila que sufrieron violencia sexual por parte de diferentes actores armados del conflicto.

Tenemos algo en Algeciras, una labor que está caminando lentamente y tiene que ver con unos niños que murieron en el marco de un atentado provocado por las Farc-ep; se trata de unos patrulleritos que estaban recibiendo a los ciclistas en el marco de una Vuelta a Colombia.

¿Cómo está hoy el Centro Nacional de Memoria Histórica?

Nosotros acabamos de presentar el informe de gestión del año pasado en el cual damos cuenta de las actividades realizadas, 18 iniciativas de memoria que están en curso. En 2019 tuvimos problemas en el empalme y empezamos muy tarde; una avalancha opositora a la gestión nuestra que nos quitó fuerza, aun así, logramos estructurar esas 18 iniciativas.

Estructuramos la convocatoria de Colciencias que se inició en febrero, adelantamos todos los procesos de saneamiento del lote donde va a quedar el museo de memoria.

Fuera de eso, hemos publicado 8 libros que dejó la administración anterior y hemos adquirido el compromiso de publicar todo lo que dejaron en cola, unos 25 libros en proceso de edición, todo con la metodología de ellos, sin que nosotros vayamos a intervenir para nada en el contenido de los mismos. Hemos reeditado otros 8 libros que se han editado y tenemos el propósito de este año hacer una serie de publicaciones para responder a las metas que nos hemos propuesto.

¿Qué opinión tiene de la guerra en Colombia, existió o no conflicto armado?

Evidentemente ha habido conflicto armado, pero por sí solo no nos aclara todos los problemas que están enredados en una confrontación armada. Es necesario tener en cuenta un período muy amplio del mismo, más de 50 años en el que ha habido altas y bajas, gran intensidad, baja intensidad en la confrontación, épocas de ofensivas de las guerrillas que pudieron llegar a convivir una especie de guerra sobre todo a final del siglo pasado, y luego una contra ofensiva del Estado a través de la política de seguridad democrática impulsada por el presidente Uribe que dejó maltrecha particularmente le guerrilla de las Farc-ep.

Entonces eso implica también aplicar esas situaciones a la caracterización del conflicto armado de baja intensidad, de alta intensidad con características no de guerra civil. El otro problema es la cantidad de víctimas y la diversidad de las mismas, son 8 y medio millones de víctimas según las estadísticas que tiene el Centro Nacional de Memoria Histórica, y dentro de ellas están todos los sectores de la sociedad colombiana. Y cada sector cuenta su memoria de una manera distinta. Eso hace casi imposible tener un relato único del conflicto armado.

Aquí tuvimos fenómeno de narcotráfico que también pervirtió mucho la lucha política, la influyó de manera negativa, afectó las instituciones, pero también hemos tenido un Estado que se reforma, asimismo que se dotó de una nueva constitución en 1991, que aprueba la elección popular de alcaldes y gobernadores, fenómenos que han transformado profundamente la política colombiana, ya no somos bipartidistas, este es un país pluripartidista, ese es el resultado de un proceso reformista.

Frente a otros países del mundo que vivieron una etapa y proceso similar, ¿qué opinión tiene comparando este conflicto con otros?

En el caso latinoamericano la realidad colombiana es muy particular, en el sentido de que uno lo compara con los países de centro américa, Guatemala y El Salvador, donde hubo guerrillas comunistas, pero no hubo fenómenos claros de paramilitarismo y el Estado se enfrentó con sus propias fuerzas armadas a esos grupos, cuando se derrumba el comunismo, esos grupos pierden el horizonte y llegan a una negociación que les ha dado resultados, esos países vivieron bajo regímenes dictatoriales.

El caso colombiano tiene de particular que aquí se vivió el conflicto en el marco de una democracia, no hubo una dictadura propiamente dicha. Los problemas de nuestra democracia son muy parecidos a los de cualquier democracia en Latinoamérica. Incluso hemos estado por encima de muchos países en ese sentido, porque aquí los militares no han estado en el poder. Pero hay una parte que es nefasta, el problema del narcotráfico fue un fenómeno que desestructuró en buena medida el ejercicio de la política, las relaciones familiares, cívicas y afectó el conflicto armado, porque del narcotráfico se lucraron muchos sectores y yo diría que el narcotráfico fue responsable de que se hayan pervivido las guerrillas comunistas en Colombia.

Aquí se vivió el conflicto en el marco de una democracia: Rubén Darío Acevedo Carmona, director CNMH 7 18 abril, 2024
Así será el Museo que recordará el conflicto armado que vivió el país. Estará listo en dos años en Bogotá.

¿Cuáles son los próximos retos del Centro Nacional de Memoria Histórica?

Tenemos que crear este año más de 900.000 objetos digitales que están en procesamiento técnico. Se trata de archivos, documentos, pero también de algunas obras que recogemos de manos de las comunidades que están relatando su memoria.

Tenemos 3.258 registros especiales de archivos de derechos humanos, algunos son donados, otros son prestados por las comunidades que fueron víctimas del conflicto armado. Tenemos como objetivo avanzar en la convocatoria nacional de investigación de Colciencias o Ministerio de Ciencias ya, y cimentar el Museo Nacional de Memoria de Colombia, cuya construcción debe iniciarse por tardar en el mes de junio.

Nuestros planes son seguir con unas 40 iniciativas de memoria en diversas partes del país, con niños, mujeres, discapacitados, soldados mutilados, víctimas de violaciones sexuales, tratando siempre de cubrir el carácter regional de nuestra geografía.

Museo de Memoria, un espacio para la reflexión

Fabio Bernal Carvajal, director Técnico del Museo de Memoria de Colombia, en su paso por el Huila explicó que el novedoso Museo de 14.000 metros cuadrados, tendrá cinco salas de exposición, una sala multipropósito, espacios abiertos y zonas verdes integradas al urbanismo de la ciudad.