´El que se va soy yo´ es el sencillo de Sorangel Yepez y Charles Estrada quienes se unieron a la reconocida Banda del Meke para deleitar a los huilenses al ritmo vallenato. Los artistas estrenan también el video de su producción musical.
Sorangel Yepez tiene 24 años y es oriundo de Aracataca, Magdalena; Charles Estrada tiene 32 años y es nacido en El Copey, municipio del Cesar; ambos residen en el departamento del Huila hace varios años. “Neiva es una tierra muy hermosa y acogedora, su gente es muy amable y servicial. El recibimiento y el apoyo han sido total sin importar la diferencia cultural en el tema artístico. Aquí están mis padres, una hermana que nació acá y mi mayor motivación, mi hijo que es natal de esta hermosa ciudad”, asegura Charles.
Ambos artistas del genero vallenato junto a la reconocida Banda del Meke están de lanzamiento hoy de su sencillo titulado ´El que se va soy yo´; “el objetivo de este proyecto es resaltar el folclor, la cultura y la hermandad de dos grandes regiones con identidades culturales y folclóricas diversas como son la costa y la huilense, que se unen para sacar un excelente producto musical, junto a la Banda del Meke, una agrupación que nos recibió con mucho cariño, en aras de consolidar y llevar siempre adelante nuestro proyecto, aportando de esta manera nuestro granito de arena para la reactivación económica de la región”, manifestó Sorangel.
“La canción es de la autoría del maestro Edelson Morgan, compositor de Aracataca, Magdalena. Es una historia que me cae como anillo al dedo. Cuando vivía con mi expareja aquí en Neiva, tomé la decisión de ir a visitar a mis padres a la costa, ella consiguió trabajo y resultó enamorada de un compañero de la oficina. Me dio duro, lloré, porque fueron seis años de relación. Debo reconocer que la relación también se vio afectada por culpa mía, toda mujer tiene un límite y se cansa de las malas actuaciones de la pareja, porque la verdad yo santo no soy (risas); de pronto por eso tomó la decisión de meterse con ese muchacho. Muy triste le pedí que solucionáramos las cosas, pero me dijo que no, que estaba confundida; entonces nada, me sequé las lágrimas, le dije no te preocupes que el mundo da muchas vueltas, hoy soy yo el que está llorando pero mañana puede ser tú. Pasaron dos meses cuando ella volvió a buscarme, pero yo ya estaba con otra mujer, y le contesté tal cual como ella lo hacía, le dije no me busque más porque ya tengo otra persona, por eso digo que me pega perfectamente el título de la canción”, afirma Sorangel sobre su nuevo tema discográfico.
¿Cómo fueron los inicios en la música?
Sorangel: exactamente desde los nueve años. Siempre he tenido este gran sueño y mi papá fue un gran apoyo, a pesar que él quería que yo tocará el acordeón. Recuerdo que me escribía las canciones y cuando llegaba de trabajar, me decía vamos a ensayar. Cántame, por ejemplo La colegiala de Silvestre Dangond, yo empezaba a cantar con su cepillo de peinar, él me decía este es tu micrófono, haz de cuenta que estás en un concierto, no te puedes equivocar. Si me equivocaba, mi papá me regañaba y me decía ¿para eso quieres ser cantante? Por eso no quiero que cantes, quiero que seas acordeonero. Y el acordeón me gustaba, pero mi pasión era cantar. Papá, siempre me inculcó la disciplina, con todos esos regaños y golpes aprendí mucho, eso es lo bueno de esta gran historia.
Charles: cuentan mis papás que desde que tenía ocho meses me llamaba mucho el sonido del acordeón y cada vez que veía uno me emocionaba e iba a cogerlo. A los cuatro años inicié a sacar pequeñas melodías, recuerdo que en ese tiempo estaba de moda la canción Sólo para ti, de Rafael Orozco y me gustaba mucho. De siete años iba a las parrandas y siempre me trasnochaba viendo a los adultos de mi pueblo tocar y esperando una oportunidad para interpretar lo que yo sabía, pero muchas veces me quedaba esperando a que me dejaran tocar una canción porque por ser tan pequeño no daban la oportunidad y me decían que me fuera a dormir. Cuando llegué a Neiva, a mis ocho años quedé sin acordeón y dejé la música por un tiempo, donde me dediqué a estudiar, y a los 13 años volví a retomar la música y desde allí no suelto el acordeón.
