Maritza Rocío López Vargas
La salud mental es un tema de vital importancia, para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas; en ella confluyen aspectos del ámbito social, político, cultural, ambiental y económico; conlleva a establecer acciones, que garanticen una atención integral a la salud mental, compromete a ir más allá de tratamientos farmacológicos y ofrecer alternativas terapéuticas que busquen el bienestar clínico del usuario, que prevenga los trastornos mentales, garantice un adecuado tratamiento y rehabilitación, de tal manera que la persona materialice sus capacidades para hacer frente a eventos estresores, ser productivos y contribuir al desarrollo de su comunidad.
De igual manera lleva a considerar problemas relacionados con la pobreza, desigualdad, exclusión social, redes de apoyo social y familiar, relaciones personales y comunitarias, falta de escolaridad, de empleo, capacidad de adaptación y manejo de emociones, ansiedad, depresión, intento de suicidio, vivencia de la espiritualidad, respuesta al sufrimiento, formas de vivir la moralidad, acceso a los alimentos, dificultades para mantener un empleo, para comprender y adoptar estilos de vida saludables.
Por su parte, se debe mejorar aún más las capacidades del Estado, instituciones y sociedad en general, para afrontar la problemática de la enfermedad mental, dentro del contexto del Sistema de Protección Social y Sistema General de Seguridad Social en Salud; identificar sus alcances, fortalezas y limitaciones, realizar una mayor inversión para la atención hospitalaria y ambulatoria de los eventos priorizados en salud mental, dar cabal cumplimiento a los protocolos de atención en salud mental y adelantar una permanente capacitación a los profesiones del área.
Conocer los factores ambientales que incrementan el riesgo de enfermedades mentales como exposición a ruidos, presencia de zancudos, malos olores, falta de ventilación, acumulación de basuras, hacinamiento, encierro forzado, presencia de ratas o desechos de animales; permite identificar el impacto psicológico en las personas, minimiza el estrés, la sensación de vulnerabilidad, estigmatización social y desconfianza hacia las entidades prestadoras del servicio, asegura un diagnóstico y tratamiento oportuno y disminuye la probabilidad de aparición del trastorno mental.
Finalmente cuando la atención en salud se circunscribe sólo a la cuestión económica; frente a la crisis financiera y la quiebra de las empresas, son los trabajadores quienes pasan a engrosar las cifras del desempleo, familias que no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vivienda y seguridad social, que no pueden hacer frente a sus hipotecas, cayendo en la angustia, estrés, pánico y desequilibrio mental.
Identificar los elementos y conceptos fundamentales de la salud mental, abordarla desde diferentes perspectivas, de manera interdisciplinaria e interinstitucional; fortalecerá más las estrategias de promoción y prevención de la salud y garantizará, una Atención Integral a la Salud Mental de las personas.