La Nación
Autoridad moral 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Autoridad moral

Froilán Casas Ortiz

¿Quién le da a usted la autoridad moral? Muy sencillo, SU CONDUCTA. En esta época preelectoral sí que aparecen mesías, -léase, salvadores-. Por favor, tenga criterio al escuchar a estos nuevos redentores. ¿Qué es lo que respalda un discurso? Y, – en este tiempo se oyen por doquier-: la coherencia de vida; es decir, que sus palabras estén respaldadas por sus hechos de vida. Da risa, para decir lo menos, escuchar propuestas demagógicas, facilistas, ofrecerlas a un pueblo con hambre y marcado por la injusticia en todos los modos y tiempos.

El cínico no acepta sus errores y, aún más, se presenta como la tabla de salvación frente a los reales problemas sociales que se padecen. Pero, por favor, analice, ¿Quien propone sí tiene autoridad moral? Por favor, vea su pasado. ¿Cómo una persona propone paz, con un discurso agresivo e insultante? Si así es de grosero y ramplón como candidato, ¿cómo será en el gobierno? Reforma la Constitución a su antojo y sed de poder, tornándose en un tirano con rostro populista. ¡Cuidado elector! No se trague el anzuelo. ¿Qué autoriza a usted para proponer reformas a la justicia, por ejemplo? La persona se conoce de verdad, por los hechos, no por las palabras.

Usted es cómplice de ese cínico cuando, buscando las “migajas que caen de la mesa del epulón”, vende su conciencia y vota descaradamente por aquél que mañana será su verdugo, o, el verdugo de los otros. La vida es la muestra de sus convicciones y palabras. Es verdad, las palabras reflejan la conciencia y la experiencia de vida. El libro Santo nos dice que: “De la abundancia del corazón habla la boca”. Claro que sí, pero, a la par, esas palabras deben traducirse en vida. De nuestro Maestro se decía: “habla con autoridad no como los escribas y fariseos”.

En el colectivo cultural de la época, ¿quiénes eran los fariseos? Quienes decían una cosa y hacían otra; en frase de nuestro Maestro: “Sepulcros blanqueados, hermosos por fuera y por dentro, una fosa de podredumbre”. ¡Qué pena y qué dolor! Estos especímenes sí que abundan en nuestro medio. Lo más grave de todo, es que haya gente tan tonta que no los descubre; parecen encantadores de serpientes, que con sus vibraciones adormecen el sentido crítico de sus oyentes. Pero, por favor, ¿cómo usted descubre a un cínico, si usted mismo es desvergonzado en su conducta personal? Por favor, ¿qué conducta exige a sus candidatos si usted mismo está lleno de fraude y de mentiras? ¿Cómo usted descubre la oscuridad si vive en ella? Me aterra el descaro de tantos que hablan de honestidad, cuando su vida está manchada por la deshonestidad, el fraude y la mentira.

En una época apareció en Colombia un movimiento político con un nombre muy atractivo: Manos limpias. Por favor, ¿sí hay manos limpias en las propuestas? ¡Cómo me duele mi país, tan rico y tan pobre! No queremos llegar a la madurez política.