La Nación
Avaros. La historia los condenará 1 23 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Avaros. La historia los condenará

Jorge Fernando Perdomo

Por estos días de crisis para la humanidad, salen a relucir actitudes que se destacan por su compromiso y solidaridad. Por ejemplo, el personal de la salud, y muchas otras empresas y personas que dan ejemplo.

Al mismo tiempo hay sectores que siguen representando con lujo de competencia a Harpagón, el personaje central de la obra cumbre del dramaturgo francés Moliere, “el avaro”.

Me refiero al sector financiero, que según la superintendencia del ramo, en el último cuatrenio obtuvo utilidades que superan los $70 billones y que pretende no salir lesionado de la crisis.
Recientemente, El Presidente Duque, les dijo: “Hace 20 años el país hizo un gran esfuerzo para, en un momento de crisis, salvar el sistema financiero, hoy necesitamos un sistema que esté contribuyendo con solidaridad a sortear estos momentos difíciles”.

En estos momentos, quisiéramos escuchar de los bancos medidas reales de alivio para los colombianos y no fuego de pirotecnia para distraer y engañar.

“Muchos de los anuncios de los bancos son engañosos, mientras no congelen intereses, los seguirán causando y la deuda de las personas aumentará; solo se aplazaría el pago de la misma, esto quiere decir que seguirían ganando en medio de la crisis. Esto a todas luces es infame.”, le escuche al representante Lozada, quien agregó: “Esperamos una respuesta generosa. Si esa respuesta no llega por su propia iniciativa, el pueblo colombiano, de forma pacífica, democrática y con las herramientas legislativas que nos ofrece la Constitución, debe proceder. No se trata de una lucha de clases. De lo que se trata es de justicia social.”

Esa justicia social que no se reflejó, en la aprobación de la reforma tributaria, con la falacia, de que los empresarios colombianos necesitaban una menor carga impositiva para generar empleos, otorgándoles exoneraciones por más de $10 billones.

La avaricia es una forma exasperante y perfecta del egoísmo; una inclinación o deseo desordenado de poseer lo que sobrepasa los límites de lo ordinario y lo moralmente lícito.

Alguien dirá, es el reflejo de la sociedad capitalista. De acuerdo es inmoral pero legalmente lícito.

Harpagón, enterraba su fortuna, pues su único placer era saber que la tenía y tendría más de 20 vidas para disfrutarla.

El sector financiero está dominado por una codicia patológica, su ruindad produce repulsión.

Tal vez muchos de ellos creen que son más fuertes que todos los demás mortales o que tienen patente de corso frente al coronavirus. No se han dado cuenta de la fragilidad humana, de lo vulnerables que somos y se envalentonan con saña y desvergüenza en medio de la tragedia.